viernes, 2 de octubre de 2009

Olímpicamente



El fin de semana pasado estuvimos conversando con unos madrileños en la barra de un bar. Era una pareja tan amena y culta que daba gusto estar allí recostados a la vuelta del tiempo, en ese momento impreciso donde fluyen las armonías por razones sensoriales y nada más.
Hablamos de política, por supuesto, pero no hablamos de fútbol.
Mi mujer se comportó como siempre, ecuánime, locuaz y reservada. Antes de conocerla ignoraba totalmente que se puede llegar a ser así. Ella es catalana de las nuevas hornadas nacionalistas, pero no le ciega la pasión. Sabe escuchar, observar y, sobre todo, respetar al prójimo.
Los madrileños estuvieron estupendos, también cautos y locuaces. Era una pareja joven de la generación de mi mujer; o sea, de las nuevas hornadas de la capital.
Esta tarde los recordé cuando Jacques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional, desveló la tarjeta blanca donde estaba impreso el nombre de Río de Janeiro. Hasta ese momento, por muchas razones seguramente subjetivas, mi ánima volaba con Madrid y con la pareja que encontramos, porque no hay nada igual que conocer a alguien personalmente y en lo adelante conceder a esa persona el deseo de bienestar que es imposible tener para uno.
Uf, esto es menos egoísta de lo que parece, pero es egoísta al fin y al cabo.
No sé por qué, pero en los eternos minutos de deliberación para el otorgamiento de la sede olímpica del 2016 me sentí mucho más cerca de Madrid que de Río, cuando se supone que debería ser al revés.
Mi mujer, por su parte, en el momento en que Jacques Rogge enseñó la tarjeta blanca, exclamó:
-¡Ay, los pobres!
Se refería a los madrileños.
Sin embargo, no hubo en mi casa una catarsis ni algo por el estilo. No hubo un seguimiento nervioso y sí el lamento de que la programación emergente anuló un programa trivial que vemos a esa hora.
España sigue siendo un país de países, como mismo, en el ámbito periodístico, el reportaje sigue siendo el género de los géneros. Es así.
Aquí en Cataluña no dolió tanto la pérdida, no dolió tanto la decepción que se vio a todas luces en la aglomeración de la Plaza de Oriente. Entre otras cosas porque Barcelona tuvo sus olimpiadas. Y la cuidad cambió. Se habla de un antes y un después.
Mientras tanto, este que está aquí continúa en los bares buscando miradas y gestos neutrales.
Sigo en el empeño de mezclar los embutidos, los quesos y los vinos de todas las regiones para, por lo menos, regalarme la buena gastronomía que vengo mereciéndome desde hace mucho tiempo.
En este sentido, se pudiera decir que me vale todo.

6 comentarios:

Infortunato Liborio del Campo dijo...

Pues mi mujer y yo, ella colombiana y yo colombino, nos reímos mucho con la selección de Rio. Pero tío, si Madrid es cutre. ¿Vas tú a comparar la playa Copacabana de Río con el río Manzanares de Madrid? No hay color, como no sea el color ladrillo que inunda toda la ciudad. España: Toros, Curas y Paso Doble. Brasil: Samba, Candonga y Candomblé. Que ría Río.

Sería una injusticia tremenda no darle esta olimpiada a América del Sur, la nuestra, y peor aún no dársela a Brasil, un gigante donde los haya o donde los halle.

Jorge Ignacio dijo...

Infortunato, ya veo que te has convertido en sudamericano. Ante todo, me alegro de que hayas vuelto por aquí, con novia y todo. de verdad, me alegro mucho. Por supuesto que ya era hora de que la sede fuera a américa del sur, y, como bien dices, ese gigante es un país que adoro por su música, su cine y lo tanto que se parece a nuestro país, excepto en el lenguaje y los índices demográficos. Me alegra que te sigas sintiendo latinoamericano. eso es algo que no se deber perder, tendré que analizarme seriamente.
Madrid es una ciudad espectacular, monumental, pero, cierto, es solo el centro. los alrededores es puro ladrillo. un abrazo y espero que te vaya bien.

grettel j. singer dijo...

yoyi querido, encantada de leerte.
te dejo un besote y nada, quería decirte que en un par de semanas paso por barcelona un par de días y me encantaría verlos. besotes

Kerala dijo...

JI ¿tendrás algo sobre Mercedes Sosa? no sé pensé en ti cuando colgué Tierra en la tendedera. Buen domingo, para ti ya casi en la noche.

Glantucan dijo...

No he podido evitar sentirme aludido por tus palabras, aunque lo cierto es que no sé si te refieres a Olga y al que suscribe (Coincidimos en "La bicicleta", en el concierto de Jorge).
Como madrileño que soy, me siento obligado a aportar mi opinión (que coincide con la de muchos otros madrileños) sobre el tema de las Olimpiadas. Yo no quería que fueran en Madrid.
En este tipo de eventos siempre ganan los mismos, los que ya acumulan dinero y recursos y no es más que un negocio para ellos ¿El espíritu olímpico? No me lo creo. Dudo mucho, además, que haya tenido algún significado real alguna vez en la historia.
Para mi es uno de esos símbolos prefabricados de los que la gente olvida sus orígenes y que se desvirtúan a lo largo del tiempo, como las banderas, que hacen que la gente ofusque su mente, y odie o ame a otras gentes por los símbolos a los que adoran, sin importar lo que realmente piensen, digan o hagan en nombre de los mismos.
Tampoco es que diera saltos de alegría cuando supe del resultado. De hecho me enteré de que se decidía el viernes porque pasé por casualidad por la plaza de Oriente.
Por otro lado no sé si alegrarme o sentirlo por los brasileños, Se me escapan las consecuencias económicas del asunto. Aunque supongo que los principales beneficiados serán los hombres de negocios de Río. Esos tipos sin cara, con trajes hechos a medida, y si escrúpulos que consciente o inconscientemente, con desprecio o sin aprecio deciden el destino de los demás ciudadanos del mundo (y los símbolos a los que adoran).

Por ceirto, me alegro de haber encontrado tu blog, que me ha gustado mucho (perdí tu tarjeta)

Un saludo
Óscar

Jorge Ignacio dijo...

Hola, óscar.qué bueno que las pidras rodando se encuentren! Sí me referia a vosotros, así que la alusión es correcta. Coincido contigo en que, tanto las Olimpíadas como muchos eventos internacionales (¡qué decir de Eurovisión!)son meros pretextos para mover dineros. Y están de antemano cantados los ganadores. Hay un ejemplo muy concreto -porque se utlizó mucha mezcla de hormigón armado- que fue el Fórum universal de las Culturas de 2004 en Barcelona. Especulación pura y dura a favor de las empresas constructoras. Ya sabemos que lo más caro de todo no es el edificio, sino el precio del terreno. Los únicos que se salvaron del fórum, supongo, hayan sido los moradores del barrio de La Mina, colindante con el emplazamiento del evento, porque les arreglaron un poco el entorno. y ya. hoy por hoy esas intalaciones están vacías. Y el propio Fórum fue un fiasco. pero se hizo y se le dio una publicidad del carajo. Barcelona es una ciudad a la que no le queda más remedio que vivir de los eventos, y con ellos ha crecido. Pero, cierto, el espíritu olímpico está bastante depauperado. Supongo que haya sido estratégico otorgar la sede a Río después de que EEUU tenga un presidente negro. Al menos el nombre de Brasil sonará bastante, y eso es algo de lo mucho que se necesita allí. Gracias por tu sinceridad y te envío un fuerte abrazo. Espero volverte a ver.