miércoles, 4 de mayo de 2011

El gitano y la isla cruzada

Pospuesto hasta diciembre

Por razones de logística -¿qué querrá decir esta frase?-, el concierto de Moncho con Los Ángeles de Cuba, programado para este jueves en L’Auditori, no tendrá lugar hasta finales de año. Una página web informa que será devuelto el dinero, pero el propio portal del complejo musical más importante de Barcelona solo pone Concierto cancelado.
La productora que mueve el espectáculo por aquí, la prestigiosa Concert Studio, tampoco tiene muy visible en su sitio qué cosa ha sucedido, aunque otro portal dedicado a la música nos remita a los organizadores. En fin, un tejemaneje misterioso.
Es un pena que hayan cancelado un recital tan prometedor: Por una parte, Moncho, llamado en Cuba Gitano del Bolero, ha cumplido suficientes años como para olvidar el bochornoso suceso ocurrido con él en la isla, en los años 80 si mal no recuerdo, cuando la oficialidad puritana y puñetera del castrismo defenestró al artista por atreverse a musicalizar los versos del Héroe Nacional José Martí. Una chorrada, como se diría en España a los infantilismos y tonterías incomprensibles. Pero lo cierto es que el hombre que tanto enamoró a los cubanos con su melodiosa voz tuvo que salir despedido por la puerta de atrás, hasta nuevo aviso.
Parece ser que lo ha olvidado, al reunirse con prestigiosos músicos de la isla, otra vez. Y ha hecho bien. Ni el bolero ni el público fueron culpables de lo sucedido. Solo lo fue el extremismo de los funcionarios culturales, que siempre andan buscando resortes estalinistas para llamar la atención. En todo caso –recuerdo que lo vi así en su momento- me pareció más un homenaje al modernista Martí que otra cosa. Pero claro, la figura del Apóstol, la del Ché y otros mitos de papel, son demasiado solemnes como para incorporarles encima un ritmo sincopado.
Yo me había apuntado para ir al Auditori, para recordar y disfrutar, de paso, a instrumentistas cubanos de lujo, reunidos bajo la égida del bajista Jorge Reyes. Estarían Changuito, en las pailas; Osmany Betancourt, en las congas; Abel Marcel, en el piano, y, además, como artista invitado, el excelente flautista José Luis Cortés, un tipo controvertido que se mueve entre la marginalidad y el lirismo académico. Moncho cantaría a los clásicos: Portillo, Rafael Hernández, Matamoros.
Se me hizo la boca agua. Y el oído se me caramelizó solo con la idea de estar delante de una descarga muy sabrosa en pequeño formato, ya que la sala Pau Casals, donde debían aparecer los denominados Ángeles de Cuba, es ideal para la distancia corta de este tipo de música.
Moncho, que nació un 26 de julio, tiene atravesao el mundo cubano, aunque también está claro que seguirá insistiendo. Por razones lógicas –ya no de logística- hay que seguir insistiendo. No debe olvidarse que la Rumba Catalana, género o especie del Mediterráneo de la cual Moncho es un alto exponente, buscó sus orientaciones a la sombra del son y el bolero.

En la imagen superior, Moncho aparece en la portada de su álbum Inolvidable, de 2003.
Vea un video realizado en la sala barcelonesa Luz de Gas, en octubre de 2010, donde Moncho interpreta Obsesión, luego de un largo opening de José Luis Cortés, El Tosco.

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