domingo, 15 de agosto de 2010

Benny Goodman y Nina Simone en Badalona



Doblando el tiempo y los pasos

Los catalanes cuando se ponen, se ponen en serio. Igual que los japoneses, capaces éstos últimos de armar un conjunto de salsa con todos sus ingredientes, como hicieron con la asombrosa Orquesta de la Luz.
Quizá sea porque la Sardana, el baile nacional de Catalunya, se queda en un discreto compás de espera, aburrido, con todo el respeto que se merece el folclor regional, los músicos de esta zona han llenado miles de espacios a golpe de jazz. Y han marcado pautas, ¡cómo no!, y han organizado festivales importantísimos como el de la cerveza del patio, la Voll Damm, y el de un pueblo vecino, Terrassa, adonde acuden famosos músicos internacionales.
En el corazón de la ciudad de Barcelona se pueden encontrar pequeños bares del tamaño de un cucurucho caracterizados con el ambiente del jazz. Montados por deseos expresos de un pequeño empresario que ama, idolatra, la música norteamericana por excelencia. Hay de todo, pero ciertamente escasea la actuación en vivo. ¡En una ciudad tan grande como ésta!
También hay sorpresas en todas partes. Sólo hay que salir a caminar.
Anoche, el Ayuntamiento de Badalona, como parte de sus fiestas mayores de verano, regaló al caminante una magnífica actuación de la Original Jazz Orquestra-Taller de Músics, formación catalana que ya ha cumplido 30 años en los escenarios. Es una jazz/band en toda regla que interpreta con absoluto rigor a los grandes del swing, asociada en primera línea con la voz de Montse Pratdesaba, más conocida como Big Mama.
Las Ramblas de Badalona, ese paseo marítimo de indiscutible belleza (lo ha dicho Serrat en una canción), prestó un pedazo de suelo para que esta orquesta se instalara durante una hora, entre las terrazas de los bares y los bancos del paseo que están sembrados ahí. Parecía como si la tarima hubiera bajado del cielo con los músicos puestos, tal vez enganchada la plataforma de un helicóptero que luego desapareció.
Lo más asombroso de todo fue que la actuación no interrumpió la rutina del lugar, el trasiego de cosas incluyendo el paso del tren del Maresme. ¡Qué locura! ¡Un tren pasando cada quince minutos a un costado del escenario! ¡Y la playa detrás del tren! ¡Y los chiringuitos con su música particular para atraer clientes!
Todo siguió igual, excepto los novedosos pasillos que tiraron algunos transeúntes. Como si dijeran: “Esto hay que bailarlo porque esto tiene swing”.
Como si realizaran una escala técnica en Badalona, esa ciudad que lo tiene todo y funciona a diario de una manera discreta.

Foto del autor
Un ángulo de la banda de swing, capitaneada por el inquieto Vicens Martín.


2 comentarios:

Silvita dijo...

Oyeee, como está Badalona!
Para la próxima tendré que ir a algún bar cucurucho.
A lo mejor bajo en elicóptero yo también! :D
No me extrañaron?
Besitos a los dos!

Jorge Ignacio dijo...

claro que sí, silvita. había un montón de gente con niños y perros, jajaja. te echamos de menos. estuvo muy bien la noche. besos.