lunes, 12 de agosto de 2013

El puñetazo todavía duele



Finalmente, aterrizaron ayer en Miami los viejos peloteros de Industriales para celebrar un tope amistoso en algún terreno aún no determinado de esta ciudad. La empresa Somos Cuba, organizadora, tuvo el contratiempo de la cancelación de un terreno de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), al parecer porque alguien se quejó de que, entre los visitantes, vienen peloteros que en su día violaron los derechos humanos actuando como cancerberos de los Castro.
Nada nuevo en la capital del exilio cubano: Aquí vive gente de las cuatro generaciones de cubanos  afectados por la dictadura, gente que no está dispuesta a olvidar.
La llegada de Industriales es sin dudas una noticia que, por cierto, no se ha publicado en La Habana. El tráfico de la nostalgia viaja en una sola dirección, de allá hacia acá. El día de la conferencia de prensa sobre la cancelación del terreno de FIU alguien dijo, con toda razón, que el primer partido de este simbólico reencuentro debió realizarse en Cuba, en el estadio Latinoamericano, y no aquí.
Sucede igual con la música, que dejan salir a los artistas de allá pero no dejan entrar a los del exilio, dígase Gloria Estefan, Willy Chirino o Celia Cruz, quien desgraciadamente murió sin volver a pisar su tierra.
Si es sólo una estrategia comercial la llegada de Industriales en Miami –cosa bastante difícil de creer-, sin dudas abre una puerta al tan deseado encuentro de la nación.
Como estaban otorgadas las visas por parte del gobierno norteamericano, los “viejos” peloteros viajaron para presentarse en Tampa los días 23 y 24, pero todavía no hay seguridad de que puedan jugar en Miami.
Se supone que sí, que algún terreno conseguirán, pero al menos la bronca está rodando desde el principio.
Sería ideal que Javier Méndez y Padilla pudieran disculparse, frente a frente, con el exiliado cubano al que agredieron físicamente en Winnipeg, durante la semifinal de los Juegos Panamericanos de agosto 1999.
Ese puñetazo en pleno rostro a un hombre que saltó al terreno con un cartel opositor todavía duele.

Foto: Del perfil de Facebook de mi amigo Jorge Ebro, cronista deportivo de El Nuevo Herald, quien aparece aquí retratado con Armando Capiró, uno de los mejores bateadores de todos los tiempos. La imagen fue tomada ayer en el aeropuerto de Miami.


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