El pastor que escribe a
cuatro manos denuncias frontales a la dictadura cubana. Taguayabón en la aldea
global
El mensajero cubano X no
necesitaría presentación, pero vamos a hacerlo. Su perfil es el de un joven de
casi 40 años, adicto a las nuevas tecnologías y sin pelos en la lengua. Combate
frontalmente al castrismo, con las más eficaces –y sanas- herramientas de
trabajo: Un blog y una cuenta de Twitter. Su sueño es “navegar” lo más lejano
posible, sin internet en casa.
El pastor bautista Mario
Félix Lleonart, junto a su esposa, la también activista Yoaxis Marcheco, está
de visita en los Estados Unidos. Hasta Miami ha traído la denuncia constante,
abierta, esperanzada al régimen que ha afectado, al menos, a cuatro
generaciones y que ahora se arregla para sus últimas afeitadas.
“Estamos dándole palos
al mulo caído; no somos héroes”, dice la esposa del pastor, madre de dos niñas
de 13 y 5 años.
Salieron del aeropuerto
de Santa Clara en un vuelo directo, con advertencias de que la policía política
podía molestarlos antes de tomar el avión. Pero eso no sucedió. Parece ser que
la dictadura ahora no está enfocada principalmente en los blogueros, sino en
las Damas de Blanco que le hacen la oposición dominical a lo largo de la
geografía cubana.
La pareja se conoció en
la universidad, en los primeros 90, cuando ambos estudiaban en La Habana la
carrera de Información Científico Técnica y Bibliotecología, ahora rebautizada
con el nombre de Ciencias de la Información. Los dos iban para bibliotecarios,
pero la vida, sobre todo su tiempo, les abrió los ojos con las nuevas
tecnologías y terminaron de opositores en un pueblo de Camajuaní, nombrado
Taguayabón, a 35 kilómetros de Santa Clara.
El pastor puso ese
nombre en el mapamundi. Mediante twitts y con su blog Cubano Confesante dispara
noticias muy incómodas para el gobierno, como la muerte a golpes del activista
villaclareño Juan Wilfredo Soto García, ocurrida en mayo del 2011. Fue Mario
Félix quien no solo informó oportunamente sobre el asesinato, sino además dio
seguimiento a la noticia.
Confesante, sin lugar a
dudas, desgrana su vida con gran facilidad, fascinado por la libertad de
expresión que hay en un país democrático. Se declara devoto de la semiótica y
en especial de Umberto Eco. Nostálgico de la onda corta –“ya no queda casi
nada”, comenta- ahora es fan de las redes sociales digitales.
Dice que el tema
religioso cambió en Cuba a partir de 1992, con la influencia sobre el
“Comandante” del teólogo brasileño Frei Betto, quien le hizo reestructurar al
viejo Castro los términos publicitarios de cara al mundo. Un estado laico, pero
no es tan así, puntualiza.
La pareja recuerda cómo
fue puesta en prisión domiciliaria cuando la visita del Papa Benedicto XVI, en marzo
del 2012.
“Con la llegada de Juan
Pablo II en 1998, no hay un antes y un después en el tema religioso en Cuba.
Eso es pura imagen. Los religiosos seguimos siendo reprimidos”, comenta el
pastor.
¿Y los Pastores por la
Paz?
Según palabras del
disidente confesante, esos solo buscan notoriedad. Son manipulados, gente joven
que quiere ser recibida como héroes en una isla que en realidad no importa a demasiadas
personas en el mundo. Una pena.
Mario Félix Lleonart
realizó un curso a distancia en una universidad de la Florida y se hizo Máster
en Estudios Teológicos. Ahora, junto a su mujer, ejerce el periodismo
ciudadano, además de en su blog, en una publicación mensual nombrada El mensajero cubano X, digital e
impresa. Se distribuye de mano en mano. Hay activistas muy valientes que lo
hacen y son personas anónimas.
¿Y dónde está la
imprenta?
La pareja ríe.
“No lo sé. Ni quiero
saber”, se adjudica la respuesta el pastor.
Al final nos da un
abrazo.
“Que Dios te bendiga”,
dice.
Foto del autor. Tomada en la redacción de Cubanet, en Miami
Este texto fue publicado originalmente en www.cubanet.org
Este texto fue publicado originalmente en www.cubanet.org
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