lunes, 18 de octubre de 2010
Anzuelo, captura y arrepentimiento
Lejos de salir del cine henchido de emociones fuertes, de esas que uno va procesando después como un rumiante, la sensación que tuve, incluso antes de que terminara la película, fue de olvidarme de ella. Me sabe mal por el ángel que al menos a mí me transmite Elsa Pataky, pero lo cierto es que en esta cinta descubrí que a ella “la mandaron a matar”, la aniquilaron con un bodrio mal armado y, sin embargo, pretencioso.
El tráiler de DiDi Hollywood prometía algo más interesante, sobre todo tratándose del cine de Bigas Luna, quien demostró saber manejar bien los personajes pasionales (Jamón Jamón) y los suspenses de época (La camarera del Titanic), por solo citar dos líneas de trabajo bien distintas. Pero a estas alturas apearse con una película tipo Clase B de domingo por la tarde, de esas en las que la hojarasca va engordando el metraje, y uno lo sabe, pero no se aparta, porque, además de que la televisión es gratis, no tiene nada más que hacer, apearse con un producto mal facturado en la madurez de su carrera asusta como mínimo.
DiDi Hollywood no arranca hasta la mitad de la película, cuando por fin aparece Peter Coyote, el único actor que pone un poco de carácter a esa historia de “En busca del Dorado” que hemos visto tantas veces. Elsa Pataky no se salva como protagonista porque evidentemente no tiene recursos para ello, pero, para empezar, tiene que meterse en un guión improductivo que está hecho para mostrarla desnuda. ¡Oh, Cine Español que todavía estás enredado en la época del Destape! ¿Cuándo vas a finalizar este síndrome, sin dudas producido por tantos años de dictadura y catolicismo con mano dura?
Son “criminales” las escenas sádicas que le han hecho rodar a la actriz y modelo, sobre todo aquella en la que la envuelven en un film de plástico de pies a cabeza. ¡Qué dura y qué gratuita escena! Ya estaba sugerido que eso podía suceder en la historia, pero el director no se conforma con la sugerencia: Quiere mostrar a la Pataky en posiciones incómodas.
Si el Cine Español sigue apoyándose más en lo visual, en vez de contar historias bien narradas como precisamente hace Hollywood –por mucho que no nos guste el excesivo americanismo de esta industria-, bien estamos.
Encima de un pésimo guión sobre un tema trillado, el director no se da cuenta de pequeños detalles que le restan seriedad a su entrega: ¡Aquella cocina del restaurante de Miami donde hay un dueño que habla con acento mexicano y lo hacen pasar por cubano!
Luego, está la eterna tirantez entre Estados Unidos y España, no entre los gobiernos, no, sino en la mentalidad de la gente…Todos puestos a parir, de ida y vuelta.
Como decía, demasiados tópicos para un guión flojo que utiliza, una vez más, a la Pataky como carnada. ¡Y nunca mejor dicho!
Lo siento por ella, pero no recomendaría esta película.
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