En estos días cubiertos por miles de muestras de apoyo al pueblo cubano, sinceras razones enlazadas como una red -¡nunca mejor dicho!-, tengo dividida el alma: Mitad y mitad.
Una parte se ocupa de no olvidar de dónde vengo y la otra de esclarecerme hacia dónde voy.
Leo entrevistas a disidentes que, a cara descubierta, se enfrentaron al régimen y recibieron como respuesta una cárcel y una colección de palos en la espalda. Por fin le puedo poner rostro a aquellos fantasmas de los que, cuando vivíamos en Cuba, hablábamos sin apenas conocerlos; hablábamos de ellos como una nota de color, como si fueran electrones libres y no estuvieran luchando por lo mismo que anhelamos todos los que nacimos en ese país. Casi todos, la gran mayoría, para no ser absoluto.
Algunos de esos fantasmas hechos prisioneros han sido canjeados por beneficios políticos, por oportunidades que los hermanos Castro necesitan para mantenerse en el poder.
En estos días de inmensa solidaridad con nosotros los defenestrados, siento la proximidad de esos tiempos de cambio soñados hasta lo verdaderamente irracional. ¡Por fin se han dado cuenta de que aquello fue una puesta en escena, que de socialismo no tiene nada! Casi nada, para que no me acusen de absoluto.
Hemos persistido muchos años para que la gente de la llamada izquierda que vive cómodamente en Europa se dé por enterado. ¿O es que acaso siempre lo supieron y disimularon a conveniencia?
Triste es nuestra realidad, la de los cubanos, bisnietos, nietos e hijos de españoles, que estamos en el medio de una maraña política hace tanto tiempo…Y, cuando podemos escapar –bien dicho, escapar-, llegamos aquí con la añoranza insuflada por nuestros ancestros, la añoranza por la Madre Patria.
Pero vemos que hemos aterrizado en una España todavía marcada por la Guerra Civil, perturbada por cuarenta años de dictadura y catolicismo, una España que se tira de los pelos –dentro de un Estado de Derecho, eso sí- y para sus controversias echa manos, a conveniencia, de nuestra isla sufrida, extenuada por culpa de una dictadura que alcanza ya el medio siglo y en lugar de la Iglesia se edificó sobre el marxismo. Dictadura por dictadura es igual a dictadura. Dejémonos ya de tonterías. La Iglesia y el Marxismo/Leninismo son un par de dogmas.
Ahí están los presos políticos cubanos, hechos polvo, psicológicamente destrozados. ¡Todavía no sé cómo tuvieron valor!
Y aquí estamos los exiliados, también maltratados psicológicamente, porque nosotros también somos unos desterrados. No porque lo diga un papel. Lo dice un montón de papeles cuya sumatoria nos expropia de bienes raíces -¡incluso los adquiridos antes de la mal llamada Revolución!-, nos controla nuestros movimientos físicos y mentales, nos obliga a pasar por un filtro que dictamina si podemos volver o no.
Respeto, faltaría más, a todos aquellos compatriotas que han preferido callarse la boca.
Foto del autor. Una versión de La Casa de Bernarda Alba, a cargo de la compañía catalana de danza Metros Angar, con la dirección y coreografía de Ramón Oller. Vivir en España me confirma que la represión, el oscuro mundo de la Iglesia católica recreado magistralmente por Lorca, todavía existe.
Una parte se ocupa de no olvidar de dónde vengo y la otra de esclarecerme hacia dónde voy.
Leo entrevistas a disidentes que, a cara descubierta, se enfrentaron al régimen y recibieron como respuesta una cárcel y una colección de palos en la espalda. Por fin le puedo poner rostro a aquellos fantasmas de los que, cuando vivíamos en Cuba, hablábamos sin apenas conocerlos; hablábamos de ellos como una nota de color, como si fueran electrones libres y no estuvieran luchando por lo mismo que anhelamos todos los que nacimos en ese país. Casi todos, la gran mayoría, para no ser absoluto.
Algunos de esos fantasmas hechos prisioneros han sido canjeados por beneficios políticos, por oportunidades que los hermanos Castro necesitan para mantenerse en el poder.
En estos días de inmensa solidaridad con nosotros los defenestrados, siento la proximidad de esos tiempos de cambio soñados hasta lo verdaderamente irracional. ¡Por fin se han dado cuenta de que aquello fue una puesta en escena, que de socialismo no tiene nada! Casi nada, para que no me acusen de absoluto.
Hemos persistido muchos años para que la gente de la llamada izquierda que vive cómodamente en Europa se dé por enterado. ¿O es que acaso siempre lo supieron y disimularon a conveniencia?
Triste es nuestra realidad, la de los cubanos, bisnietos, nietos e hijos de españoles, que estamos en el medio de una maraña política hace tanto tiempo…Y, cuando podemos escapar –bien dicho, escapar-, llegamos aquí con la añoranza insuflada por nuestros ancestros, la añoranza por la Madre Patria.
Pero vemos que hemos aterrizado en una España todavía marcada por la Guerra Civil, perturbada por cuarenta años de dictadura y catolicismo, una España que se tira de los pelos –dentro de un Estado de Derecho, eso sí- y para sus controversias echa manos, a conveniencia, de nuestra isla sufrida, extenuada por culpa de una dictadura que alcanza ya el medio siglo y en lugar de la Iglesia se edificó sobre el marxismo. Dictadura por dictadura es igual a dictadura. Dejémonos ya de tonterías. La Iglesia y el Marxismo/Leninismo son un par de dogmas.
Ahí están los presos políticos cubanos, hechos polvo, psicológicamente destrozados. ¡Todavía no sé cómo tuvieron valor!
Y aquí estamos los exiliados, también maltratados psicológicamente, porque nosotros también somos unos desterrados. No porque lo diga un papel. Lo dice un montón de papeles cuya sumatoria nos expropia de bienes raíces -¡incluso los adquiridos antes de la mal llamada Revolución!-, nos controla nuestros movimientos físicos y mentales, nos obliga a pasar por un filtro que dictamina si podemos volver o no.
Respeto, faltaría más, a todos aquellos compatriotas que han preferido callarse la boca.
Foto del autor. Una versión de La Casa de Bernarda Alba, a cargo de la compañía catalana de danza Metros Angar, con la dirección y coreografía de Ramón Oller. Vivir en España me confirma que la represión, el oscuro mundo de la Iglesia católica recreado magistralmente por Lorca, todavía existe.
4 comentarios:
Jorge:En estos dias de tristeza y tenacidad de quienes luchan por su dignidad dentro de la isla,espero que la favorecida "izquierda progre europea" no les de la espalda o simplemente los ignore.Tus sentimientos encontrados ante tu condicion de exiliado(como tu mismo te autodefines)espero que no te nublen la vista y te desgaste tu objetividad.Esta vez discrepo contigo en algo:No me parece acertado comparar Marxismo/Leninismo con la Religion.El primero es un dogma errado en su esencia misma,el segundo es un dogma errado,a veces durante la historia, en la praxis de algunas "iglesias"(no confundanos iglesia con religion)Por mi parte he encontrado en la Fe y muchos de sus pastores, la comprension y la compasion que me han negado otros.Hacia donde vamos los que emigramos?Hacia donde seamos capaces de llegar,lo cual no nos exime de sufrimiento.Un saludo.ROBERTO.
Coincido contigo,Roberto. Por eso me refiero a la Iglesia como institución, el fuerte aliado del franquismo. Tener a la Iglesia prácticamente al frente del Estado durante muchos años ha llevado a España a un nivel de hipocresía y represión asombroso. Ahí está el cine y la televisión de este país todavía con sus "destapes" sexuales. pero de eso hablaré en el próximo post.saludos y gracias por tu comentario.
otra vez gracias jorge, me impresiona lo lucido que pareces ser.
en estos días lógicamente leo artículos de muchos y siempre difiero en un montón de puntos.
lo que haces es lo mas cercano a lo que siento y pienso.
sigue por favor. hazlo mas a menudo. un abrazo.
lo haré, Sol Mayor, lo haré. Gracias a ti por venir por aquí. un abrazo desde Barcelona.
Publicar un comentario