Más allá de las calenturas y las frustraciones
Ella se ha metido en camisa de once varas. Lo sospechaba antes de iniciar su proyecto de libro sobre los bloggers cubanos y, aún así, decidió editar un compendio de ensayos originales que versan sobre el fenómeno de la comunicación entre las dos orillas; de un lado, el exilio y, de otro, los que están todavía en la isla.
Una tarea verdaderamente complicada, si se tiene en cuenta todo el tiempo que ha tenido que esperar la nación cubana para que pudiéramos hablar o, al menos, intentar hacerlo. Beatriz Calvo Peña (Burgos, 1974) parece cubana nativa, una del patio con conocimiento de causa. Ha vivido en Miami durante algunos años y ha investigado la prensa decimonónica de la isla, pesquisa que la llevó a las bibliotecas de La Habana y a caminar por esas calles dejadas a la providencia, dejadas precisamente al tiempo.
Tiene un acento impreciso, mezcla de Iberoamérica total. Es muy viva, apasionada, interesada en los fenómenos sociológicos. Está muy contenta con el libro terminado, Buena Vista Social Blog, que anoche se presentó en Madrid en las oficinas de la Fundación Hispano Cubana. Pero está triste también porque tuvo que recortar mucho, una poda necesaria que le exigió la editorial Aduana Vieja porque, de lo contrario, no entraba en imprenta.
Tenía el volumen hecho cuando se vio obligada a dar tijeras a prácticamente la mitad, eliminar textos de los cuales se enamoró por razones de identidad, por conocer de primera mano los asuntos cubanos y la blogosfera en particular.
Han sido muchos días de poco dormir, me dijo anoche mientras conversábamos después de su presentación, una charla improvisada ante un auditorio variopinto de cubanos exiliados, sobre todo.
Estoy convencido –y se lo dije a ella- que tendría que ser alguien no cubano quien nos armara una estructura, porque nosotros somos demasiado hedonistas como para pensar en el colectivo. Hay suficiente material escrito y verbal sobre nosotros, que ya somos tan emigrantes como los judíos, que en todas partes estamos y somos capaces de reunirnos pero no de unirnos.
La columna vertebral de este libro son los ensayos que recoge y luego están los testimonios de los autores de bitácoras. No están todos. Sería imposible. De manera que a Beatriz le ha tocado la responsabilidad de elegir entre un mundo de escritores cubanos que ahora mismo navegan en la red. Lo más importante, en todo caso, es el contenido y no los nombres. El deseo de ofrecer las dos versiones del exilio y el ”insilio”, y ahí están.
El libro no gustará al gobierno cubano, pero a Beatriz le importa más la gente común.
Gracias a ella por atendernos. Entendernos sería pedirle demasiado.
Foto de Guillermo Bernal
Conversando con la editora, Beatriz Calvo, después de la presentación de Buena Vista Social Blog.
Una tarea verdaderamente complicada, si se tiene en cuenta todo el tiempo que ha tenido que esperar la nación cubana para que pudiéramos hablar o, al menos, intentar hacerlo. Beatriz Calvo Peña (Burgos, 1974) parece cubana nativa, una del patio con conocimiento de causa. Ha vivido en Miami durante algunos años y ha investigado la prensa decimonónica de la isla, pesquisa que la llevó a las bibliotecas de La Habana y a caminar por esas calles dejadas a la providencia, dejadas precisamente al tiempo.
Tiene un acento impreciso, mezcla de Iberoamérica total. Es muy viva, apasionada, interesada en los fenómenos sociológicos. Está muy contenta con el libro terminado, Buena Vista Social Blog, que anoche se presentó en Madrid en las oficinas de la Fundación Hispano Cubana. Pero está triste también porque tuvo que recortar mucho, una poda necesaria que le exigió la editorial Aduana Vieja porque, de lo contrario, no entraba en imprenta.
Tenía el volumen hecho cuando se vio obligada a dar tijeras a prácticamente la mitad, eliminar textos de los cuales se enamoró por razones de identidad, por conocer de primera mano los asuntos cubanos y la blogosfera en particular.
Han sido muchos días de poco dormir, me dijo anoche mientras conversábamos después de su presentación, una charla improvisada ante un auditorio variopinto de cubanos exiliados, sobre todo.
Estoy convencido –y se lo dije a ella- que tendría que ser alguien no cubano quien nos armara una estructura, porque nosotros somos demasiado hedonistas como para pensar en el colectivo. Hay suficiente material escrito y verbal sobre nosotros, que ya somos tan emigrantes como los judíos, que en todas partes estamos y somos capaces de reunirnos pero no de unirnos.
La columna vertebral de este libro son los ensayos que recoge y luego están los testimonios de los autores de bitácoras. No están todos. Sería imposible. De manera que a Beatriz le ha tocado la responsabilidad de elegir entre un mundo de escritores cubanos que ahora mismo navegan en la red. Lo más importante, en todo caso, es el contenido y no los nombres. El deseo de ofrecer las dos versiones del exilio y el ”insilio”, y ahí están.
El libro no gustará al gobierno cubano, pero a Beatriz le importa más la gente común.
Gracias a ella por atendernos. Entendernos sería pedirle demasiado.
Foto de Guillermo Bernal
Conversando con la editora, Beatriz Calvo, después de la presentación de Buena Vista Social Blog.
2 comentarios:
Gracias Jorge,
Fue un auténtico placer conocerte y poder disfrutar de la conversación que, como el libro, quedó truncada a un cierto punto. Es una pena, pero aunque sólo sea por haberte conocido, por ver la ilusión en tu rostro al abrir el libro, por esos nervios de primeriza que sentí, ya el libro mereció la pena.
Ah, gracias por tus hermosas palabras, por considerarme "una del patio" y una madrina.
Un fuerte abrazo!
Publicar un comentario