miércoles, 2 de octubre de 2013

Confesante y confesor


El pastor que escribe a cuatro manos denuncias frontales a la dictadura cubana. Taguayabón en la aldea global

El mensajero cubano X no necesitaría presentación, pero vamos a hacerlo. Su perfil es el de un joven de casi 40 años, adicto a las nuevas tecnologías y sin pelos en la lengua. Combate frontalmente al castrismo, con las más eficaces –y sanas- herramientas de trabajo: Un blog y una cuenta de Twitter. Su sueño es “navegar” lo más lejano posible, sin internet en casa.
El pastor bautista Mario Félix Lleonart, junto a su esposa, la también activista Yoaxis Marcheco, está de visita en los Estados Unidos. Hasta Miami ha traído la denuncia constante, abierta, esperanzada al régimen que ha afectado, al menos, a cuatro generaciones y que ahora se arregla para sus últimas afeitadas.
“Estamos dándole palos al mulo caído; no somos héroes”, dice la esposa del pastor, madre de dos niñas de 13 y 5 años.
Salieron del aeropuerto de Santa Clara en un vuelo directo, con advertencias de que la policía política podía molestarlos antes de tomar el avión. Pero eso no sucedió. Parece ser que la dictadura ahora no está enfocada principalmente en los blogueros, sino en las Damas de Blanco que le hacen la oposición dominical a lo largo de la geografía cubana.
La pareja se conoció en la universidad, en los primeros 90, cuando ambos estudiaban en La Habana la carrera de Información Científico Técnica y Bibliotecología, ahora rebautizada con el nombre de Ciencias de la Información. Los dos iban para bibliotecarios, pero la vida, sobre todo su tiempo, les abrió los ojos con las nuevas tecnologías y terminaron de opositores en un pueblo de Camajuaní, nombrado Taguayabón, a 35 kilómetros de Santa Clara.
El pastor puso ese nombre en el mapamundi. Mediante twitts y con su blog Cubano Confesante dispara noticias muy incómodas para el gobierno, como la muerte a golpes del activista villaclareño Juan Wilfredo Soto García, ocurrida en mayo del 2011. Fue Mario Félix quien no solo informó oportunamente sobre el asesinato, sino además dio seguimiento a la noticia.
Confesante, sin lugar a dudas, desgrana su vida con gran facilidad, fascinado por la libertad de expresión que hay en un país democrático. Se declara devoto de la semiótica y en especial de Umberto Eco. Nostálgico de la onda corta –“ya no queda casi nada”, comenta- ahora es fan de las redes sociales digitales.
Dice que el tema religioso cambió en Cuba a partir de 1992, con la influencia sobre el “Comandante” del teólogo brasileño Frei Betto, quien le hizo reestructurar al viejo Castro los términos publicitarios de cara al mundo. Un estado laico, pero no es tan así, puntualiza.
La pareja recuerda cómo fue puesta en prisión domiciliaria cuando la visita del Papa Benedicto XVI, en marzo del 2012.
“Con la llegada de Juan Pablo II en 1998, no hay un antes y un después en el tema religioso en Cuba. Eso es pura imagen. Los religiosos seguimos siendo reprimidos”, comenta el pastor.
¿Y los Pastores por la Paz?
Según palabras del disidente confesante, esos solo buscan notoriedad. Son manipulados, gente joven que quiere ser recibida como héroes en una isla que en realidad no importa a demasiadas personas en el mundo. Una pena.
Mario Félix Lleonart realizó un curso a distancia en una universidad de la Florida y se hizo Máster en Estudios Teológicos. Ahora, junto a su mujer, ejerce el periodismo ciudadano, además de en su blog, en una publicación mensual nombrada El mensajero cubano X, digital e impresa. Se distribuye de mano en mano. Hay activistas muy valientes que lo hacen y son personas anónimas.
¿Y dónde está la imprenta?
La pareja ríe.
“No lo sé. Ni quiero saber”, se adjudica la respuesta el pastor.
Al final nos da un abrazo.
“Que Dios te bendiga”, dice.

Foto del autor. Tomada en la redacción de Cubanet, en Miami
Este texto fue publicado originalmente en www.cubanet.org