miércoles, 9 de noviembre de 2016

¿Qué se siente cuando uno es indocumentado?

 
Las Ramblas de Barcelona (foto del autor)

Depende dónde estés, obviamente, pero en general se siente impotencia por no poder hacer casi todo, o todo, lo que la gente que te rodea hace.
Un día vas a pagar con tarjeta en el supermercado (de débido, ni siquiera de crédito) y la cajera te pide el DNI. Le dices que no tienes DNI pero sacas un papel ajado que es la fotocopia de tu pasaporte que ella jamás ha visto en su vida y no sabe lo poco que sirve en el mundo.
Como no entiende nada, y ante la duda, te dice que no puedes comprar, aun teniendo dinero en tu cuenta corriente que un banco equis te abrió con el mismo pasaporte, a riesgo de que ingreses muy poco cada mes.
La cola te observa con ganas de tirarse a tu yugular, y entiendes que debes tomar una decisión rápida. 

Optas por dejar todo en la caja a sabiendas de que no tienes nada en casa para almorzar y que no tienes mucho tiempo para improvisar, porque un señor de unos 90 años te espera en breve para que le cambies el pañal.
Miras a la cajera con dureza porque se ha extralimitado. El monto total de la compra es de unos siete euros, de manera que si fuera un fraude no afectaría demasiado al propietario de la tarjeta.
Lo más mal que te hace sentir la situación es estar seguro de que volverás a verla, porque en ese súper es donde mejor haces las compras.
Te quieres morir. Te quieres mudar de barrio, de planeta.
Asumes la huillación como parte del proceso de un emigrante normal que luego será "salvado" por una regularización masiva ¡electoralista!, para la que te pedirán el aval de un empleador doméstico, tickets de metro y de supermecados.

España no es la Madre Patria. Será el país donde nacerán tus hijos.
Tratas de olvidar. A fin de cuentas el país te necesita para que cuides sus viejos y ayudes a cerrar los ojos de enfermos terminales.
Sin embargo, algo que te salva.
Es la novedad, las magníficas leyes de ese país que te tocan de refilón, la recompensa monetaria al trabajo, el convencimiento de haber escapado de algún lugar.
Incluso de haber escapado de los ojos de la cajera que, la pobre, a veces cumple con su trabajo.
Los indocumentados en Estados Unidos no serán deportados, me atrevo a decirlo. Si acaso serán víctimas de alguna escaramuza.
Ya ellos encontraron un camino y en una mente que requiere ser amueblada a la carrera no hay miedo.
Peor es el lugar de donde venimos. No nos utilicen miserablemente, por favor.


viernes, 28 de octubre de 2016

"Miami (un) plugged", radiografía de una ciudad que dicen que se va a hundir


Foto del autor: 

En la libería Altamira, de Coral Gables, tres de los autores de la antología. De izquierda a derecha: Gastón Virkel (encargado además de la cubierta), Carlos Pintado y Camilo Pino.



Jorge Ignacio Pérez

Miami (EE.UU.), 28 oct (EFE).- Una Miami alejada de los tópicos, donde la gente se suicida y teme que el mar se trague la ciudad o un gran huracán la destruya, es la que muestra la antología "Miami (un) plugged", que reúne textos de no ficción de 21 autores, cubanos, venezolanos, colombianos y puertorriqueños entre ellos.

El libro de Suburbano Ediciones, que se presenta hoy en una nueva librería especializada en publicaciones en español, no es para nada "edulcorado". La Miami de playas y palmeras brilla por su ausencia.

Los editores, Pedro Medina León y Hernán Vera Álvarez, convocaron a los autores bajo la premisa de la sinceridad y del orden (o desorden) interior que esta extensa urbe ha dejado en cada uno de ellos, emigrantes o hijos de emigrantes hispanos.

"Hace dos años sacamos una antología de ficción ("Viaje One Way", Suburbano, 2014) que tuvo mucha repercusión en los lectores y nos dimos cuenta de que querían saber más de Miami", comentó Vera Álvarez.

Para esta entrega eligieron un género muy en boga, la "crónica de no ficción", además de otro que no se practica mucho en la narrativa en español, pero sí en inglés, que es el "ensayo personal".

"Miami (un) plugged", dicen los editores, versa sobre una ciudad desconectada y conectada a la vez.

"Queríamos también dar a conocer voces muy buenas que están un poco ocultas", apuntó Vera Álvarez, "con encargos a escritores específicos que narraran algo que los haya marcado en su relación con la ciudad. También que fueran textos inéditos".

Productora de televisión, narradora y con un punto de vista literario feminista ("sin agenda de activismo", aclara), la puertorriqueña Anjanette Delgado llegó a Miami en 1992 procedente de Atlanta, pocos días después de haber pasado el devastador ciclón Andrew.

Su crónica "En Miami también hay muerte" se basa en trasmitir los pésimos efectos de una ciudad "achicharrante", donde no se ven cambios de estaciones, y lo ilustra a partir de un suicidio que ocurre en su ámbito familiar.

No sabe si se quedó más tranquila después de escribirlo, "pero sí es importante poner nombre a las cosas...".

Autora de la novela "La clarividente de la Calle Ocho" (Suma, 2014), Delgado odió -según sus palabras- a Miami durante cinco años, al punto de no poder escribir nada sobre la ciudad. Su aterrizaje fue en la calle Española Way, de South Beach, donde compartió una habitación de 20 dólares la noche con prostitutas.

"Quiero a Miami, pero también me da coraje. Los escritores vivíamos muy solos. No había nada más allá de la librería Books & Books. Pero ya estamos encontrando pequeñas estructuras para vernos. Antes no había razón para escribir en español", comenta Delgado, muy orgullosa de participar en la antología.

El venezolano Camilo Pino, más novelista que cronista y autor del texto "La gran inundación", aseguró a Efe que no fue su intención asustar a nadie.

"La literatura apocalíptica existe desde la Biblia", recuerda. "Se supone que en realidad nos vamos a inundar. Sigo fascinado por esa ceguera, por esa obstinación de no darnos cuenta de lo que tenemos enfrente", alerta.

Según se lee en su ensayo, "Miami ha desaparecido dos veces. La primera en 1926, cuando (un huracán) se la llevó entera. La segunda en 1992 cuando el (...) Andrew borró todo vestigio de civilización al sur de la US1. (...) Somos una ciudad acostumbrada a morir", escribe Pino, que hoy trabaja en Telemundo.

Hay de todo en el libro. Crónicas existencialistas como la del ciclista que entrena en Homestead ("La Vaca", de Gabriel Goldberg); también recuerdos divertidos y un mapa histórico de Miami Beach, firmado por el escritor y periodista colombiano Jaime Cabrera González) para quienes no conocen cómo se fundó el, quizá, balneario más famoso del mundo.

Pero lo que no deja de asombrar es la convergencia de los autores en dos momentos que marcaron un antes y un después en Miami: la serie televisiva "Miami Vice", de los años ochenta, y el paso del huracán Andrew, en 1992.

El periodista cubano Andrés Hernández Alende recuerda en este libro cómo dejó Nueva York por culpa de "Miami Vice". Su crónica es un desesperante viaje en automóvil por la Interestatal I-95, sin encontrar alojamiento en ningún hotel de carretera para llegar, exhausto, a Miami, y pedir en la primera cafetería "Dos coladas para Sonny Crockett", el detective de la serie. EFE

lunes, 15 de agosto de 2016

Castro, el producto



 
Nunca dieron paso a las nuevas generaciones, como prometieron

El máximo líder de la denominada revolución cubana no es comunista, pero ha sabido venderse como tal y no pocos demagogos lo compraron y lo siguen vendiendo de segunda mano


El dictador de más larga data sobre la faz de la Tierra ha logrado su objetivo: llegar a una edad avanzada y que lo vean como un venerable señor que se enfrentó a los “americanos”. Pero nada de esto es cierto. Fidel Castro fue ficha importante del ajedrez político de la Guerra Fría, utilizado por los soviéticos a conveniencia, y viceversa por parte del sátrapa cubano.

Tuvo suerte, incluso escapándosele a la muerte hace  diez años. Su vida ha sido un tejemaneje de conspiraciones políticas, de la que buena parte de la población de la isla fungió como colaborador. O sea, fungimos casi todos, por sobrevivencia en muchos casos.

Especialista en márketing, Castro ha logrado llegar a los 90 años con cierto poder. No ha sido poca la prensa internacional que dedicó un recordatorio sin llamarlo directamente dictador. “Ex presidente”, “líder histórico de la revolución”, “ex comandante”, en fin, una ristra de denominaciones esquivas que sabrá Dios cómo lo han llevado los editores que saben perfectamente que todo eso es mentira.

Castro nunca fue elegido por el pueblo y jamás convocó a elecciones libres. Partiendo de ahí, los medios podían haberse ahorrado sus notas si es que no van a poner los puntos sobre las íes.

La izquierda burguesa española, que en su día tuvo famosos exponentes como Ana Belén, Víctor Manuel, Luis Eduardo Aute, ya no dicen nada al respecto. En su lugar sale un Pablo Iglesias recordando las palabras deCastro muy al principio de su proyecto egocéntrico, cuando dijo en los propios Estados Unidos que la revolución no era comunista, aunque después cambiara de casaca.

Dice Iglesias que ahora le toca reinventarse a la revolución cubana. O sea, borrón y cuenta nueva. Y a la mierda los miles de muertos cuyos huesos fueron a parar al fondo del Estrecho de la Florida; a la mierda los muertos y veteranos de la guerra de Angola; a la mierda esa maravillosa arquitectura que había cuando el dictador llegó.

A iglesias le da igual que existan cuatro generaciones afectadas. Le parece un pequeño detalle.

El máximo líder de la denominada revolución cubana no es comunista, pero ha sabido venderse como tal y no pocos demagogos lo compraron y lo siguen vendiendo de segunda mano.

Allá los que compren el producto y trafiquen con el dolor de tanta gente, incluso de parientes.

Allá los mezquinos, los personeros como Pablo Iglesias y Edmundo García.


domingo, 26 de junio de 2016

España, más nacionalista que nunca







Vuelve España a una crisis de ingobernabilidad. Quiero decir: continúa en ella. Ni Rajoy, político sin carisma, va a soltar el cetro fácilmente -como ya demostró en estos seis meses desde que su partido ganó las elecciones generales pero no pudo ser presidente otra vez-, ni se van a poner de acuerdo las otras fuerzas políticas para formar coalición.

Llevan medio año en ello, entre ofertas y plantones, y descréditos a borbotones. Ahora resulta que el PP, gobernando en funciones y con cada día más escándalos de corrupción a sus espaldas, ha ganado 14 escaños y le ha arrebatado el color a Andalucía, la comunidad autónoma que históricamente se vistió de rojo.

¿Qué ha pasado? ¿Que hace falta ser investigado por corrupción para ganar? ¿O es que la campaña populista que viene haciendo Podemos obtuvo un efecto contrario?

Con la victoria este domingo del PP vuelve a situarse por delante el discurso nacionalista de un país que, según dijo Rajoy al cierre de la jornada, “es uno de los mejores del mundo y de los mejores de Europa”. Por otro lado, si quedaban dudas de hasta dónde podía calar el populismo de extrema izquierda en una sociedad tradicionalista como la española, este domingo quedó clara la respuesta: Contra el pasodoble no hay quien pueda.

Si comparamos el escenario que dejaron las elecciones de diciembre pasado con las de hoy, cuyos resultados son muy parecidos, quien más perdió fue el partido morado de Pablo Iglesias, Podemos, que necesitó aliarse con Izquierda Unida para ir tranquilo al sufragio. Y así y todo volvió a quedar tercero, por detrás del PSOE.

Para quienes teníamos cierta duda de si por fin había terminado el bipartidismo en las fallidas elecciones de diciembre, hoy también obtuvimos la respuesta: Sigue en pie.

La vida les ha dado una segunda oportunidad de compartir gobierno al PP y al PSOE. De hecho, es la única suma posible en estos momentos entre dos formaciones para alcanzar mayoría y gobernar. No sería un mal experimento que se vigilaran, desde el poder, los unos a los otros, a ver si de ahí sale algo definitivamente bueno.

Son los únicos que tienen capacidad de sacar a España del bache. Suponemos que haya que ser prácticos en estos momentos difíciles en que, para mal mayor de la Comunidad Europea, Inglaterra los abandona a su suerte.

Ya Podemos merece descansar en paz. O no. A lo mejor deciden seguir haciendo la puñeta.

Pero lo que se avecina en materia de negociaciones, como mismo hace seis meses, es una montaña igual o peor. Los políticos están cabreados. La gente en la calle está cabreada. El rey está cabreado. Los parados saben que nadie les puede sacar de esta y por eso mismo se están largando del país.

De ese clima sale el dato de que estas hayan sido las elecciones generales con menos participación en la historia de la democracia española.

Repetir las elecciones, sin embargo, ha costado 160 millones de euros, según avanzó en su día el diario El Mundo.

jueves, 9 de junio de 2016

Podemos juega al capitalismo con la marca IKEA



 
Parodia de los catálogos de IKEA en el portal satírico El Mundo Today.

La más reciente ocurrencia del partido español de extrema izquierda, Podemos, ha sido envolver su programa electoral en un catálogo de IKEA. Pero seamos justos: No es un catálogo al uso con muebles suecos, sino una copia del diseño o, digamos, el aire de la empresa escandinava.

En el interior del “catálogo” se puede ver a los dirigentes de la formación morada cocinando, cargando el lavavajillas, llenando la nevera de cosas; o sea, como mismo ilustra IKEA sus nuevas colecciones, contando con el ambiente familiar, de principio a fin.

Que sepamos, hasta ahora IKEA no los ha demandado por copiar su línea gráfica editorial (los de Podemos incluyen secciones de distribución de la casa, igual que los almacenes suecos), y todo hace pensar que la marca de muebles hasta estará contenta por que alguien tan “poderoso” le haga publicidad gratuita.

La revista nueva de Podemos fue presentada este miércoles en Madrid. La responsable del Programa electoral, Carolina Bescansa, no dudó en confirmar la inspiración en IKEA, para atraer a un mayor público indeciso, o apolítico, de cara a las elecciones generales que tendrán lugar el 26 de este mes, en segunda vuelta.

Lo que no dijo la señora Bescansa es por qué se inspiraron en una empresa capitalista. Cierto que la línea de muebles y útiles para el hogar de IKEA es sumamente austera, pero esto tiene más que ver con el diseño escandinavo que con la política.

IKEA es popular. Es la tienda de muebles donde mayor número de jóvenes compran, al menos en Europa. Sin embargo, sus precios no son muy económicos que digamos, sino que ofrece muebles o soluciones prácticas para todo tipo de hogar.

Es así como Podemos, la formación neo comunista española, juega al capitalismo, fotografiando a sus líderes en el momento de llenar una nevera, sin reparar en que en Venezuela –país al que asesoró- la gente está muy lejos de poder llenar la suya.

Según explica el diario El Mundo, el contenido del programa de Podemos no ha variado mucho. Es prácticamente el mismo envuelto en otro papel que, por cierto, los interesados tendrán que comprar al precio de 1.80 euros, más gastos de envío. Diferente a como hace la empresa sueca que deja sus revistas gratis en la puerta de las casas.

En estas segundas elecciones presidenciales –luego de que España no lograra formar gobierno al cabo de medio año-, los comunistas liderados por Pablo Iglesias apuestan a los morosos electores, a los que no votan casi nunca o en estos momentos se están pensando a quién votar. Esa es la diferencia o el margen que quieren conseguir para llegar al poder.

Luego de una alianza nada sorprendente con Izquierda Unida (ahora el partido se llama Unidos Podemos), una encuesta también publicada por El Mundo los sitúa en segundo lugar en las elecciones de este mes, detrás del derechista Partido Popular (PP). De ser así, por primera vez en la historia de la democracia española un partido de extrema izquierda obtiene tantos diputados en el Congreso. Los de Izquierda Unida nunca lo consiguieron.

Con estos resultados del sondeo –a cargo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)-, la situación política española se polarizaría mucho más de lo que ya está. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE, de izquierda suave), quedaría por detrás de Podemos, en una tercera posición, y Ciudadanos, de centro derecha, se mantendría en la cuarta, como mismo quedó en las fallidas elecciones de diciembre pasado.