miércoles, 27 de junio de 2012

Entre dos aguas



Alejandro Sanz y la policía de aquí y de allá

Como si no pasaran los años por su rostro de jovencito madrileño, Alejandro Sanz, ícono de la fusión entre el Flamenco y el Pop, se acaba de sentar en el plató de Televisión Española donde desbrozan incógnitas, o al menos eso intentan.
Se trata del nuevo programa que conduce Julia Otero, Entrevista a la carta, un formato en el que intervienen desde fuera distintas voces del ámbito público siendo éstas quiénes preguntan con un fino instinto de transmisión en directo. El cantante español más famoso de Miami –después de Julio Iglesias, por supuesto- se enfrentó al parecer cómodamente a este tipo de entrevistas que suelen ser un “cuéntame tu vida sin avergonzarte”, sumando gráficas personalizadas que aporta el encartado.
Se vio entonces a un Alejandro Sanz de niño, desnudo sobre un triciclo, en el barrio de Moratalaz, en Madrid, de donde proviene este hombre al que muchas veces se le confunde con gaditano, y no sin razón. La Otero, con ese modo ácido catalán, corrosivo pero también cercano (aunque ella es gallega), repasó la biografía del creador de Corazón partío, el himno de todos aquellos que mueven la cintura a mitad de camino entre el son cubano y el flamenco, con sabrosas notas arregladísimas para una sección de “metales” muy cercana al sonido del Caribe.
No en balde, el compositor, desde hace años, está asentado en Miami, esa especie de meridiano musical donde se vive excelentemente si uno tiene mucho dinero, como es el caso.
La entrevistadora le preguntó si él sabía algo acerca de las facturas de la luz y el agua y el hombre, en su línea, respondió con tranquilidad:
-Esos temas no los llevo yo, la verdad es que no sé.
Alejandro Sanz hablaba con retardo, demasiado lento, como si tuviera que pensarse las cosas. En la conversación repasaron el motivo de su presencia en España –“Estoy yendo y viniendo siempre”, dijo por si acaso-, que es un disco nuevo (La música no se toca) y un cambio de disquera: Se mudó para Universal Music.
Pero la respuesta tal vez menos inesperada llegó cuando le preguntaron:
-¿Qué es lo que menos te gusta de los Estados Unidos?
-La autoridad de los policías, en los aeropuertos y en todas parte –esto sin pensárselo-. Allí tú puedes ser alguien muy importante y eso no significa nada para los agentes del orden. Para un español, esta situación es difícil de comprender.
Pero nada, la queja es mínima. Recién casado y con disco nuevo, con mansión en la llamada Ciudad del Sol, el bien conservado cantautor parece que continúa pisando fuerte, para hacer justicia a su canción.



sábado, 23 de junio de 2012

Adiós a Nicolás, sonero mayor



La confusión hizo blanco en el nombre de José Antonio Nicolás Zorrilla, intérprete y compositor santiaguero que acaba de fallecer en Barcelona presuntamente a causa de un infarto cardíaco, casi al cumplir 49 años, tal y como informa el sitio Diario de Cuba.
Fue su mujer quien dio la noticia, desde el Muro del propio creador, sin apenas explicaciones en medio del dolor.
-Mi esposo ha muerto...
Hasta que no se despejaron los caminos, hubo muchas dudas, e incluso alguien llegó a pensar que Nicolás, como se le conocía ampliamente en el mundo musical, era gay.
Por supuesto, quienes lo teníamos como amigo en las redes sociales, nos aferramos a esa idea.
Pero no. La verdad era absolutamente triste.
Tan joven todavía y actualizando su Estado casi a diario en Facebook, el propio internauta había cambiado su foto de Perfil apenas 24 horas antes de morir.
Entrar en su página de esta red social –como mismo sucedió con el fotógrafo y amigo cubano Tomás Barceló Cuesta, fallecido repentinamente en Argentina - es un durísimo ejercicio de visualización. Parece que el sujeto está vivo todavía.
Parece que su pulso anda por ahí informando a la peña y Compartiendo enlaces.
Es el precio que hay que pagar por estar al día con las amistades.
Nicolás se había establecido en la Ciudad Condal en 1997. Según los cálculos de este humilde cronista, por esa misma fecha se fundaba y hacía época en La Habana el septeto Jóvenes Clásicos del Son, con un título de Nicolás: No pueden parar.
Ernesto Reyes Proenza, director y contrabajista de Palma Soriano, juntó a unos cuantos santiagueros que andaban por La Habana y le puso voz líder a su grupo con el negro habanero Pedro Lugo Martínez (Nené), además del percusionista y ex vocal de Sampling Sergio Pereda, entre otros. Y entonces echó manos de un compositor  que, hasta que se marchó de la isla, dejó la calle Heredia, de Santiago, hecha un hervidero.
En esa calle, vale la pena recordarlo, es donde se crían los soneros, y no en la calle Enramada como a veces se tiende a pensar.
La conexión de Jóvenes Clásicos del Son con el trovador Nicolás ha servido a estas horas para completar un itinerario que –como en los años 1920 con el ejército La Permanente, durante el gobierno de José Miguel Gómez- comienza en Santiago de Cuba y termina Dios sabe dónde. Porque el trovador (cantautor o como se quiera) nunca pierde su esencia trashumante y deja profundas huellas por la transmisión oral. Los trovadores cubanos son esos rapsodas antiguos que no descansan nunca, calle Heredia arriba y abajo y, de un tiempo a esta parte, rodando por el mundo.
Las circunstancias políticas de una isla tan rica y tan triste como Cuba han lanzado al exilio a juglares de todo tipo. ¡Y ojalá uno fuera juglar!
Pero, desgraciadamente, los que no poseemos el don de la poesía –no de creer en ella- tenemos que contentarnos con el espacio íntimo creado a lo largo del tiempo.
Los escenarios están hechos para aquellos quienes, como Nicolás, no caben dentro de sí mismos y cuya dotación natural para compartir –canciones o lecturas- es mucho más grande que cualquier cosa.
En su Muro se puede mirar una convocatoria reciente para su concierto en la Rambla del Raval; sus pensamientos deseando una Cuba libre de tiranos; su pulso, en fin, enlazando cosas diversas que sin embargo convergen.
Y claro que convergen:
 Nicolás y este cronista compartieron una manifestación frente a las puertas del consulado cubano en Barcelona, hace escaso tiempo, donde pedimos libertad de expresión y de movimiento a nuestro pueblo. Él con una bandera –la nuestra- que ha sido incorrectamente manipulada por el Poder.
Un fatal accidente cardiovascular –si se confirma de esta manera su muerte- lo tiene cualquiera. Lo que no posee todo el mundo es el valor de plantarse frente a la cara de la dictadura, y más con una obra hecha y reconocida institucionalmente dentro de la propia isla.
¡Ay, esa isla!
¡Como duele!
Adiós, poeta.

Foto del autor: José Antonio Nicolás ondea una bandera cubana en los predios del consulado de la isla en Barcelona.

miércoles, 20 de junio de 2012

A la cama con Madonna



Solo para soñar con ella, esta noche y mañana en Barcelona

Se habla hoy, y mucho, de los caprichos de Madonna; una página al viento de su vida tiende a removerse por donde quiera que pasa la sex symbol. Al margen de que sus  demandas logísticas las paga ella misma –sin discusión-, los comentarios saltan en cada gira, por la extravagancia de esta mujer internacional.
La televisión peninsular daba cuenta de 20 líneas de teléfono en su habitación, de una recámara vaciada antes y rellenada con los muebles que trae la artista, de rosas blancas cortadas a una medida especial y, entre otros “pormenores”, cinco dobles de Madonna más un ser idéntico de la hija de ésta.
A los 54 años que cumplirá este agosto, la maravillosa dama que revolucionó el mundo con sus provocadoras escenas deja coletillas: dicen que apenas canta y que ya no se mueve igual que antes, que el grueso del espectáculo de esta gira es un relleno de efectos especiales y de talento de sus bailarines.
Estos comentarios los marcaba en un foro de internet alguien que la vio en Florencia hace unos días y, claro está, no dejan de ponernos a pensar: ¿Hasta dónde puede llegar una artista escénica para satisfacer a sus seguidores?
Si tomamos como referencia al sesentón Bruce Springsteen, que acaba de actuar en  España, creeríamos que la propuesta de Madonna de mantenerse intacta es posible. Pero no estaríamos hablando de lo mismo.
El hecho de que a la eterna diva le haya salido una fuerte competidora -la irreverente Lady Gaga- tal vez le obligue a pegar un estirón en su carrera, aunque sea a golpe de talonario. Habrá que esperar los comentarios de este concierto de Barcelona.
En casa y con mellizos creciendo hacemos  la vista gorda.
Sin embargo, está clarísimo que, para estas eventualidades, la gente suele sacar el dinero de debajo del colchón. Lo demuestra el inmenso Palau Sant Jordi–construido para las olimpiadas del 92-, que ya está vendido para hoy.
Las entradas oscilan entre 40 y 300 euros.
La gira mundial de la rubia más paradigmática del Pop pasa por esta preciosa ciudad y el que pueda engomará la papeleta en un álbum de recuerdos. De todas maneras, lo mejor que tienen las grandes ciudades es que se puede prescindir de visitas como éstas y  la vida sigue igual. A veces uno ni se entera.


martes, 12 de junio de 2012

La marca España



Según sondeo muy particular de estos días, cientos (tal vez miles) de jóvenes españoles preparan las maletas para buscarse la vida en otro país. Alemania – potencia histórica- vuelve a ser un derrotero, esta vez señalado en un mapa de ingenierías. La marca SEAT, en Catalunya, que lleva motor alemán, ya no absorbe tanto obrero como antes; y tampoco el grupo Volswagen se deja tentar, como era costumbre, por increíbles arreglos con la Generalitat (gobierno local), arreglos que en definitiva pagábamos todos.
Corren otros tiempos: Ya SEAT no es la empresa insignia española donde los trabajadores soñaban retirarse.
Ahora es preciso mirar de nuevo hacia afuera, incluso volver a mirar hacia América. Brasil, por ejemplo, ante una eventual avalancha de españoles, está endureciendo las condiciones para ingresar legalmente, como mismo hizo España con los latinoamericanos en esta última década. Obtener una green card  en Estados Unidos es bastante difícil, pero también esta dirección está circulado en las cartas de navegación españolas. Ingresando allí en principio de vacaciones, luego se trataría de buscar un contrato de trabajo in situ que permita regularizarse aunque con trámites engorrosos y costosos. Nada más parecido a lo que sucedió en esta tierra desde donde escribo, adonde llegué sin papeles y sin ellos permanecí ilegal por casi un lustro.
Lo sorprendente de este giro es lo pronto que se ha producido. Los primeros años 2000 parecían prósperos, pero, ya se ha dicho: parecían.
Al menos este que escribe tuvo la suerte de no endeudarse hasta la coronilla, ¿pero cuántos latinoamericanos hay en España que no liquidarán hipotecas en lo que les queda de vida?
Son muchos.
Mientras se arregla el potaje, el que puede asume la partida, para ganar tiempo, y es una pena. Con su gran característica de ser un país de países, España deja un gustillo rico en su variada gastronomía, en su paisajística impresionante, en la tranquilidad ciudadana que muchos hemos tenido la suerte de disfrutar sin que nos tocaran un pelo, guardando lo imprescindible en el banco y cumpliendo las leyes que, en general, son bastante benévolas. Y también esperando las fiestas mayores y las menores, de pueblos y ciudades. Porque aquí se celebra todo, aunque es posible que, como se presentan las cosas, hasta las tradiciones mermen.
El Estado de Bienestar –tan exaltado por los políticos- será dentro de poco tiempo un recuerdo si el consumo continúa estrechando. Fui vendedor de electrodomésticos y vendí mucho para una gran empresa que ha cerrado. Ahora las persianas están bajadas y es muy posible que  las tiendas sean ocupadas por chinos, que vienen comprando todo “a tocateja”.
En un futuro no muy lejano, los chinos serán los empleadores de los españoles, de los que queden en tierra ibérica. Y es posible que los asiáticos hasta se hagan con las fiestas patronales –por detrás del telón, es igual-, teniendo en cuenta que no pocos negocios de comida tradicional ya los regentan ellos, ofreciendo tapas, vinos y embutidos.
En fin, una marca está a punto de perderse y el Rey Juan Carlos quiere rescatarla en los mismos surtidores del oro. Habría que ver si Latinoamérica está en condiciones de morder el anzuelo una vez más. Porque el otro postor -el gran imperio de oriente- ya se está instalando.

En la imagen superior:

 Publicidad para celebrar la verbena de San Juan, hallada hoy en mi apartado de correos. Venta de cohetes y petardos (una de las tradiciones más peligrosas de España), que este año utiliza el “buzoneo” como técnica de mercado.

viernes, 8 de junio de 2012

Una lagrima cayó en la arena



Espectáculos como El número uno se agradecen hoy más que nunca

Antenoche El número uno (jueves, Antena 3) llegó a uno de sus puntos más álgidos, conquistando al espectador con una partida de ajedrez que sin embargo, a nuestro juicio, no ganó el mejor. Pero lo bueno que tiene este programa es precisamente la variedad de estilos y de propuestas del repertorio universal.
Se trata de un curioso formato cazatalentos donde se disimula elegantemente el reality–porque lo hay- y al mismo tiempo nos hace creer que no existen componendas, sino solo el destino. Además del también versátil jurado (Miguel Bosé, Ana Torroja, Bustamente, Natalia Jiménez, Sergio Dalma, Mónica Naranjo) y de la siempre encantadora Paula Vázquez-aunque se ponga nerviosa en la conducción-, el espectáculo intenta dar razones de que no es necesario el manido recurso del internado en una casa para enganchar a la audiencia con interiorismos fatuos.
Se busca una persona cuyo talento natural, trabajado o no, reúna las condiciones excepcionales de un intérprete vocal, que sea un número uno en su terreno. Y duele a estas alturas ver marchar cada semana a verdaderos artistas que nunca hubieran tenido su minuto de gloria si el destino mismo –ese caprichoso señor- no lo hubiera querido. Se agradece también una muestra de la otra cara de España en estos tiempos en los que la propia televisión nos tiene en vilo con el porvenir.
Aunque ha ido cambiando la programación de los lunes a los jueves como quien no quiere las cosas, y a pesar de insoportables compromisos publicitarios que cortan el buen rollo, El número uno ha puesto a flor de piel no solo el talento escondido en la geografía española, sino también el lado humano de grandes figuras sentadas allí como jurado.
Es de suponer que ni Bosé ni Mónica Naranjo utilicen una cebolla para llorar, porque se les ve sinceramente compungidos.
Antenoche (undécima edición, casi el final de la serie) el programa transitó otra vez por el filo de la navaja con en ese duelo verdaderamente titánico y a capella, entre la personalísima Laia –una catalana decidida a cruzar fronteras-y el alegre vencedor Jadel, -un isleño de Canarias que se robó el corazón de al menos dos mujeres del jurado.
Al margen de las sorpresas y de que “el pescado pueda estar vendido” de antemano, lo que hay de reality  se deglute bastante bien siempre y cuando exista –por solo citar un ejemplo- una intérprete como Hermi Callejón, que no permite al espectador distraerse con las bailarinas de atrás.
Por algo será.
¿Será la ganadora? ¿Será Hermi La Voz del programa? ¿O será Roko, la jovencísima andaluza tan magnífica haciendo cabaret?

En la imagen superior, la veinteañera Laia, de Girona, Catalunya.
 

lunes, 4 de junio de 2012

Bailando con Vivaldi


(Para Lucía)


Nadie puede asegurar que quien inspira esta crónica no me interrumpirá.
La veo venir, nada sensacional, sino seria y confundida, a las 2 de la madrugada, rompiendo el silencio con algún lloro que no por conocido deja de ser asombroso, sobre todo a esa hora en la que la percepción de la realidad cuelga de una brocha gorda.
Salimos del túnel del sueño, pues, con el aviso de que no podemos estar tan lejos, de que necesitamos tocarnos para no perder ni un minuto de cohesión luego de haber perdido varios en la primera entradilla de la noche. Es la niña, sí, es ella quien llama.
¿Será un efecto cariñoso, desesperadamente trágico en medio de la nada en que se encuentra cuando abre los ojos y no ve más que oscuridad, si por casualidad piensa en nosotros en sus sueños y quiere materializarnos en el acto?
¿Y cómo, tan pequeña, es capaz de mirarnos con recelo si estamos distraídos  más allá, en la habitación contigua? ¿Y cómo a esa hora lo baila todo si su cuerpo no se sostiene todavía en pie?
¿Cómo sabe diferenciar lo que es para bailar y las canciones de cuna que la tranquilizan?
¿Será su mundo tan sensorial aunque para nosotros esté equivocado?
¿Qué le provocan Las cuatro estaciones de Vivaldi?
Sentada y en ese momento con un centro de gravedad casi perfecto, la niña deja pasar las primeras notas; nos mira ahora sonriente interpretando uno de sus mejores papeles que es el de moverse alegremente de la cintura hacia arriba; con los brazos alzados dibujando con levedad el vuelo de un ave, pero dudamos del gesto  porque su vocalización, silvestre, goza de cierto aire de carnaval. Su rostro enseña los dos dientes que tiene.
Vivaldi no es para eso. Pero existen perversiones mayores.