viernes, 28 de octubre de 2016

"Miami (un) plugged", radiografía de una ciudad que dicen que se va a hundir


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En la libería Altamira, de Coral Gables, tres de los autores de la antología. De izquierda a derecha: Gastón Virkel (encargado además de la cubierta), Carlos Pintado y Camilo Pino.



Jorge Ignacio Pérez

Miami (EE.UU.), 28 oct (EFE).- Una Miami alejada de los tópicos, donde la gente se suicida y teme que el mar se trague la ciudad o un gran huracán la destruya, es la que muestra la antología "Miami (un) plugged", que reúne textos de no ficción de 21 autores, cubanos, venezolanos, colombianos y puertorriqueños entre ellos.

El libro de Suburbano Ediciones, que se presenta hoy en una nueva librería especializada en publicaciones en español, no es para nada "edulcorado". La Miami de playas y palmeras brilla por su ausencia.

Los editores, Pedro Medina León y Hernán Vera Álvarez, convocaron a los autores bajo la premisa de la sinceridad y del orden (o desorden) interior que esta extensa urbe ha dejado en cada uno de ellos, emigrantes o hijos de emigrantes hispanos.

"Hace dos años sacamos una antología de ficción ("Viaje One Way", Suburbano, 2014) que tuvo mucha repercusión en los lectores y nos dimos cuenta de que querían saber más de Miami", comentó Vera Álvarez.

Para esta entrega eligieron un género muy en boga, la "crónica de no ficción", además de otro que no se practica mucho en la narrativa en español, pero sí en inglés, que es el "ensayo personal".

"Miami (un) plugged", dicen los editores, versa sobre una ciudad desconectada y conectada a la vez.

"Queríamos también dar a conocer voces muy buenas que están un poco ocultas", apuntó Vera Álvarez, "con encargos a escritores específicos que narraran algo que los haya marcado en su relación con la ciudad. También que fueran textos inéditos".

Productora de televisión, narradora y con un punto de vista literario feminista ("sin agenda de activismo", aclara), la puertorriqueña Anjanette Delgado llegó a Miami en 1992 procedente de Atlanta, pocos días después de haber pasado el devastador ciclón Andrew.

Su crónica "En Miami también hay muerte" se basa en trasmitir los pésimos efectos de una ciudad "achicharrante", donde no se ven cambios de estaciones, y lo ilustra a partir de un suicidio que ocurre en su ámbito familiar.

No sabe si se quedó más tranquila después de escribirlo, "pero sí es importante poner nombre a las cosas...".

Autora de la novela "La clarividente de la Calle Ocho" (Suma, 2014), Delgado odió -según sus palabras- a Miami durante cinco años, al punto de no poder escribir nada sobre la ciudad. Su aterrizaje fue en la calle Española Way, de South Beach, donde compartió una habitación de 20 dólares la noche con prostitutas.

"Quiero a Miami, pero también me da coraje. Los escritores vivíamos muy solos. No había nada más allá de la librería Books & Books. Pero ya estamos encontrando pequeñas estructuras para vernos. Antes no había razón para escribir en español", comenta Delgado, muy orgullosa de participar en la antología.

El venezolano Camilo Pino, más novelista que cronista y autor del texto "La gran inundación", aseguró a Efe que no fue su intención asustar a nadie.

"La literatura apocalíptica existe desde la Biblia", recuerda. "Se supone que en realidad nos vamos a inundar. Sigo fascinado por esa ceguera, por esa obstinación de no darnos cuenta de lo que tenemos enfrente", alerta.

Según se lee en su ensayo, "Miami ha desaparecido dos veces. La primera en 1926, cuando (un huracán) se la llevó entera. La segunda en 1992 cuando el (...) Andrew borró todo vestigio de civilización al sur de la US1. (...) Somos una ciudad acostumbrada a morir", escribe Pino, que hoy trabaja en Telemundo.

Hay de todo en el libro. Crónicas existencialistas como la del ciclista que entrena en Homestead ("La Vaca", de Gabriel Goldberg); también recuerdos divertidos y un mapa histórico de Miami Beach, firmado por el escritor y periodista colombiano Jaime Cabrera González) para quienes no conocen cómo se fundó el, quizá, balneario más famoso del mundo.

Pero lo que no deja de asombrar es la convergencia de los autores en dos momentos que marcaron un antes y un después en Miami: la serie televisiva "Miami Vice", de los años ochenta, y el paso del huracán Andrew, en 1992.

El periodista cubano Andrés Hernández Alende recuerda en este libro cómo dejó Nueva York por culpa de "Miami Vice". Su crónica es un desesperante viaje en automóvil por la Interestatal I-95, sin encontrar alojamiento en ningún hotel de carretera para llegar, exhausto, a Miami, y pedir en la primera cafetería "Dos coladas para Sonny Crockett", el detective de la serie. EFE