Anoche estuvo Chucho
Valdés en el show nocturno de América Tevé, TN3, que conducen los carismáticos
Carlos Otero y Omar Moynelo, junto a la no menos atractiva Nadia Rowinsky. La
presencia de Chucho, que, en honor a la
verdad, nos tomó por sorpresa, subió el nivel del programa, tan solo por
aparecer allí uno de los mejores pianistas de jazz del mundo, ganador de
varios premios Grammy e hijo del ilustrísimo Bebo Valdés, fallecido en Málaga
hace muy poco tiempo.
El ex director de
Irakere accedió a una brevísima entrevista de Moynelo –hace unos 25 años que no
nos veíamos, dijo el presentador- en la que se le escaparon suspiros al hablar
de su padre, recordarlo e incluso, con lo parsimonioso que es, contar alguna
anécdota. La mini entrevista se ilustró con imágenes del reencuentro entre
padre e hijo en el documental Calle 54, mérito del cineasta español Fernando
Trueba.
No hablaron de política,
pero tampoco lo esperábamos. Todos sabemos que Chucho entra y sale del país y
le interesa mantener esos vínculos.
Lo curioso es que
aparezca en la tele de Miami, porque viajes privados a esta ciudad debe haber tenido
muchos. Pero las cosas han cambiado. Miami tiene estos programas de
entretenimiento, enfocados principalmente en el mundo cubano, en los que no se
habla de política y pueden presentarse allí músicos y actores que viven en
la isla.
Yo le dije a mi mujer que
esto era impensable 15 años atrás.
De hecho, los propios
presentadores eran eso mismo allá, y han trasladado su oficio a los platós del
sur de la Florida. Es de suponer que por la amistad entre Chucho Valdés y
Carlos Otero, el gran pianista haya salido en ese programa que suele llevar
músicos de pésima calidad.
Sentí un poco de pudor
al ver a Chucho entre esas coristas de TN3 que bailan tan mal y van
semidesnudas, sin que esto último se entienda como mojigatería, sino que no
cuadra bien la imagen. Menos mal que no se les ocurrió sacar a la pianista acompañante
del programa que, para mi gusto, canta fatal.
Para despedir al gran
jazzista, la solución que dieron, con recursos propios, fue acertada: Un
tumbao de Bacalo con pan en las manos
de Chucho Valdés y una banda acompañante de fondo, la que siempre está en el
programa.
Algo breve y
emblemático.
Ya ya está.