domingo, 13 de diciembre de 2009

Líneas de conexión



El Auditori de Barcelona se prepara para estrenar el próximo miércoles otro de los mega espectáculos del conocido grupo La Fura dels Baus. El colectivo catalán, que trabaja habitualmente el expresionismo, con grandes despliegues de figuras mecánicas a tamaño ultra humano, inaugura aquí su versión de Carmina Burana, luego de presentarla a principios de agosto en el País Vasco.
Da la coincidencia de que en estos momentos la cartelera teatral de Barcelona cuenta con tres espectáculos bajo el mismo título, incluyendo el de La Fura…Tres propuestas diferentes artística y estéticamente, una en el Fórum, otra en el Palau de la Música y ésta en el Auditori.
Un breve y casual chateo en Facebook con un amigo ha cursado la invitación para el miércoles al ensayo general con vestuario. Estuve viendo el tráiler del espectáculo –también enlazado en Facebook durante el chat- y parece una “invasión” de otro mundo, de ese mundo onírico que se presenta cuando nuestras mentes “descansan” con placer en la nocturnidad de un domingo. Al parecer, las imágenes multimedia de Carmina Burana me dejaron encendido un dispositivo surrealista que se activó anoche. Me vi envuelto en una navegación forzosa por mares del Trópico de Cáncer, en una mole de hormigón armado que se desplazaba sin rumbo. Como estábamos al pairo, el tiempo en el que transcurría la escena no tenía indicios de desasosiego, pero sí había una dinámica interior –quiero decir: dentro de la nave- apurada y tensa. No había violencia, sino personas que se escondían detrás de ventanas rotas, desnudas y semidesnudas; las personas, claro.
Una de esas figuras era mi mujer, extraordinariamente desenfadada –sin cabreo- ante tanta ausencia de vestuario, porque había otras mujeres, reales y surrealistas, buscándome para jugar. Capturé a una ante los ojos de mi mujer, sin que la joven ofreciera resistencia. Pero la capturé a través de unas persianas introduciendo mis brazos. La chica se apoderó de mi mano izquierda, se llevó mi dedo índice a la boca y comenzó a saborearlo. Mi mujer observaba como parte de la normalidad de las acciones. La nave avanzaba surcando un mar tranquilo en el momento en que desperté.
Hice un café y, como siempre, encendí el ordenador. En la columna de gadgets de la derecha de Windows Vista apareció de forma aleatoria una foto en la que yo estaba en la bodega de un barco. La imagen, en la que comparto una copa con el marido de una amiga de mi mujer, fue tomada hace aproximadamente dos años dentro de la barriga del Naumon (antiguo Arold), el carguero noruego que La Fura dels Baus compró para realizar sus espectáculos marítimos en diferentes puertos del mundo.
En aquella ocasión, fuimos invitados a una fiesta de jazz que se celebraba a bordo del Naumon, fondeado entonces en la rada de Barcelona. Nos había convidado el mismo amigo del Facebook, que es uno de los creadores de las escenografías del grupo expresionista catalán. Un dibujante excelente que había trazado en blanco y negro los rostros de antológicos jazzistas de escala mundial.
Un rato después del café, buscando información sobre el Naumon, descubrí que la nave se había construido en un astillero noruego en 1965, el año en el que vine al mundo.


Foto: Rosa Anna Frutos

1 comentario:

maria dijo...

Cariño, mientras sea en sueños, no hay ningún problema.