Para María
No dejes de traerme a casa
tus ternuras, tus lamentos
tus luces y tus ungüentos
tu sonrisa si rebasa
acércame el sonido, pasa
muéstrame, eh, tus pañuelos
¿qué traes hoy? ¿caramelos?
¿o largas cañas de hojaldre?
¡qué productos!¡y cómo arde!
¿me cambias voz por buñuelos?
(II)
Intuyes, corazón, que hoy
adentro de esta cocina
reniego de la aspirina
remonto en lo que yo soy
dulce, resquebrajado estoy
por tus mieles como un loco
busco en la nevera y toco
tus manejos más recientes
bebo al fin los recipientes
te muerdo rallado el coco.
(III)
Dicen que de anfibología
acabo de licenciarme
que recuentos de desarme
concluyen en filosofía
situación como esta mía
tira el concepto por tierra
rallado voy por la jerga
el fruto también, supongo.
Mas la duda que interpongo
deja el coco en plena guerra.
(IV)
“¿Qué es el coco, amore mío?”,
reclamas con diligencia
promulgando incontinencia
¡ahora que no me fío!
el coco, cariño, es río
de frutas y cualquier cosa
no le busques, ojerosa
motivos despechugados.
saca, por Dios, dos helados
y así me paso a la prosa.
(V)
¡Aguanta ahí, guapa, que miento!
empapela los barquillos
la prosa tiene estribillos
y luego va y me arrepiento
yo me quedo sin aliento
en cuaresma que ya topa
los buñuelos en la sopa
de almíbares decimales
bordan en sí platanales
por encima de la ropa.
febrero 2007
2 comentarios:
Felicidades por el "Dulce" de tu vida actual (se que a tí te gusta más "momento"). Mil gracias, ta cocotte.
Guao qué lindo! Qué simpático! Seguro te ganaste una sonrisa de almíbar de anís y besitos de panetela borracha! Qué peligro tan dulce, los hombres poetas!
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