jueves, 6 de diciembre de 2012

Barbarie: El recurso y el método



No soy el único que se lo pensaría para volver a Cuba (con todo el debido respeto para amigos y conciudadanos que viven allí). Conozco a varios exiliados, emigrados o hacedores de tiempo –como se quiera y convenga llamar- que desvían la  mirada y también sus ahorros hacia otro destino. Cuba es muy cara y ahora especialmente peligrosa.
Desde la isla no paran de llegar noticias de asaltos y vandalismos. El que dejamos atrás ya no es aquel país seguro; eso sí, atiborrado de policías que sin embargo no están para garantizar la tranquilidad ciudadana, sino han quedado para reprimir a los opositores políticos.
Parece ser que el gobierno está utilizando otro método:
El fomento del odio entre las personas es una manera fácil y barata de amedrentar a los que, cansados de tanta miseria, o simplemente cansados de esperar lo que les prometieron en el lejano 1959, han perdido el miedo a la expresión abierta, incluso en la calle.
El más espeluznante suceso callejero ocurrió hace pocos días. Una adolescente de 19 años se ensañó a navajazos contra otra de 15, provocándole cortes por todo el cuerpo y en el rostro, incisiones profundas, salvajes, que llevaron cuatro horas y 66 puntos de sutura en un quirófano. Ocurrió en Cienfuegos, al centro-sur de la isla.
Todo hubiera quedado en un vulgar ataque adolescente  -no tan común entre el sexo femenino- si el hecho no tuviera un móvil  político.
La víctima –que recibió navajazos incluso cuando estaba en el suelo- defendía el honor de algunas mujeres de su familia adscritas al movimiento opositor pacífico denominado Damas de Blanco, una organización que surgió a raíz del encarcelamiento en 2003 de varios periodistas independientes que cumplieron prisión y luego fueron desterrados, más que amnistiados.
La victimaria, hija de un oficial del Ministerio del Interior (abrigo de la Stasi cubana, o lo que es lo mismo, de la policía política) había dicho que las Damas de Blanco son prostitutas y su vecina intentó en vano rectificarle. La agresora está en libertad, sin cargos y sin juicio previsto, aun cuando un forense dictaminó intento de homicidio al constatar el grado de ensañamiento.
La joven Berenice –así se nombra la agredida- lleva la desgracia de por vida. Difícilmente pueda superar el trauma y el complejo.
Este nivel de barbarie, desgraciadamente, no es un hecho aislado.
Recientemente -según narra el periodista David Canela desde La Habana-, un grupo de “amantes” del reggaetón asaltaron un concierto de trovadores. Ocurrió el pasado 10 de noviembre, en la ciudad de Ciego de Ávila. “Un grupo de delincuentes locales, que portaban piedras, botellas y armas blancas, asaltó con violencia a los artistas y técnicos, muchos de los cuales tuvieron que recibir atención médica en el hospital provincial, y además (dañaron) los equipos y parte de la infraestructura del espectáculo”, dice Canela.
Tampoco parece ser un hecho fortuito.
Jóvenes trovadores y artistas alternativos significan una de las fuerzas contestatarias que más preocupa al régimen. Mueven masas y estados de opinión; promueven además un sentido estético definitivamente adverso a la vulgaridad.
Esto no interesa. Todo lo contrario: preocupa a la dictadura.
El Estado cubano digamos que –desde que llegó la Revolución- ha echado a pelear a sus gentes no solo para entretenerlos, sino también para dividirlos.
Claro que aquella observación optimista desde las gradas se puede volver en contra del Estado.
Un diez por ciento de la nación en el exilio y una pobreza alarmante dentro de la isla, más el desgaste que decíamos, da la ecuación perfecta para tomar dos caminos: o el gobierno entrega el país a sus ciudadanos, o continúa reteniéndolo apoyado en la barbarie, como recurso in extremis.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombre al fin reapareces!!Ya se extrañaban tus post!!!Un saludo:Roberto

Anónimo dijo...

Amigo hay varias cosas muy ciertas en su escrito ,pero lo del ensanñamiento a navajasos ,es pura mentira todo fue una riña por un novio,pero ademas fijate bien en le baja calaña de esas personas comenzando por la afectada y su tia,escribes bien pero asegura tus fuentes pues se pierde credibilidad al escribir cosas que no son totalmente ciertas.
Feliz Navidad y prospero Año Nuevo

Jorge Ignacio dijo...

Anónimo del 26 de diciembre de 2012 a las 08:22: Mi fuente fue la tía de la niña agredida, una Dama de Blanco. No creo que tenga necesidad de mentir. Hablé con ella por teléfono.