Porque
conocemos el panegírico, la manera, el estilo, la puesta en escena, nos resistimos a la aflicción por “la pérdida” de Hugo Chávez, el pichón de
dictador que se empeñó en que los venezolanos volvieran a ver la película que ya
pasaron en Cuba, muy a pesar nuestro.
Recién comienzan las
condolencias en la Isla y en el querido territorio sudamericano, amañado de un
tiempo a esta parte por unos sujetos con muchas ganas de lucrar con el petróleo
y, desgraciadamente, como hicieron con nosotros, de echar a la gente a pelear,
a tirarse de los moños en plena calle en defensa de algo no precisamente
corpóreo.
Las ideologías a la
baja, cumpliendo un ciclo de caída libre, luego de un siglo de tirantez entre
dos bloques ideológicos creados por hombres en un laboratorio muy personal.
Pues bien –y lo afirma
quien escribe, que tuvo que hacer guardia de redacción en la embajada coreana
en La Habana-, la “pérdida” de Chávez es un show mediático con el objetivo de
entretener a una audiencia que desde el principio compró el culebrón. El
espectáculo tiene el propósito de, además de ganar tiempo para los que dirigen
la operación, desviar la atención de lo que está pasando ahora mismo en Cuba y
su constante violación de los derechos humanos.
Por un lado, Yoani
Sánchez, una de las personas más influyentes del mundo –según la revista Times-,
de gira por el mundo desmontando la plataforma castrista que huele a historia
antigua (por mucho que nos duela reconocerlo).
Por otra parte,
Carromero, político español, víctima directa de una conspiración y de un crimen
de estado, según se desprende de su testimonio, ha decidido romper silencio. En
otras palabras: compromete a la dictadura ante el mundo, de una manera clara y
directa. En palabras del político español, el gobierno cubano mató a dos civiles
pacíficos y a continuación realizó un juicio falso.
Me gustaría escuchar ya
la reacción de la dictadura, pero me temo que debe estar muy entretenida con la
muerte “prematura” de su delfín más preciado.
1 comentario:
Jorge Ignacio tienes toda la razon. este fallecimiento no es mas que un circo en donde sus actores son un chulo (lease gobierno cubano) y una nueva prostituta (lease gobierno de Venezuela, antes lo fue Rusia, el CAME, etc. Como es natural los comparseros lloraran a "su bandolera" aunque sea por mantener la compostura "bolivariana".
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