Después de un extraño fin de semana pasado por agua –como comerciante no trabajé el sábado, cosa rara-, retomo este blog, que es una vida paralela creada con toda intención para mantener mi antiguo oficio de reportero en prensa escrita.
Lamento enormemente tener que interrumpir la serie sobre mi reciente viaje a Cuba, sobre el triste motivo de este regreso casi furtivo. Y es que otro asunto funerario me ha robado la atención en horas tempranas de hoy. Resulta que el cuerpo de bomberos de Barcelona ha escenificado una farsa por la vía pública –me los encontré en la calle Valencia-, declarándose definitivamente extintos, fenecidos.
Más de un par de meses llevo observando su agonía, plasmada en la fachada de la sede principal de la calle Provenza. Y me preguntaba si habría una solución a las demandas de estos valientes auxiliadores. Se quejan de poseer un contrato de empleo precario y de condiciones laborales también frágiles, comenzando por el mal estado de los cascos de trabajo y hasta la presencia de escarabajos y roedores en sus cuarteles. Además, y quizá lo más preocupante, el bajo coste de las horas extras -14 euros brutos-, así como del exiguo plus de peligrosidad que cobra un bombero de esta urbe-63 euros brutos.
En fin, que hoy uno de ellos me puso en las manos un volante con todos sus reclamos impresos, para que la gente sepa de qué va el asunto. Marchaban pacíficamente –algunos hablando por el móvil, tal vez con las novias, o con un amigo-, e iban escoltados por la policía local, o sea, por los Mossos. El tráfico tuvo que circular por una vía paralela, y los aguerridos extintores tuvieron su momento de gloria, de reivindicación y fuga del cuartel. Peregrinaban con el difunto a cuestas, simbología de un duelo que se veía venir. La pregunta que me hice fue qué pasará ahora. ¿Dejarán de sonar las sirenas rojas en esta ruidosa ciudad?
Claro que no. Se trata una prueba de pulso contra el Ayuntamiento que seguro tendrá un acuerdo favorable para ambas partes.
No me gusta extrapolar las cosas, pero, como acabo de regresar de mi agridulce isla, la de Cuba, imaginé qué se haría Raúl Castro si los bomberos de La Habana enterraran metafóricamente sus equipos.
Irían a la cárcel, lógicamente, pero una manifestación como esta es prácticamente imposible que ocurra allá. El cuerpo nacional de bomberos cubanos es castrense y está formado, en su gran mayoría, por reclutas del servicio militar activo.
Nada, que cuando uno regresa de viaje necesita una transición para ponerse a tono con su realidad, y es muy probable que estas líneas se deban a semejante proceso intermedio.
Lamento enormemente tener que interrumpir la serie sobre mi reciente viaje a Cuba, sobre el triste motivo de este regreso casi furtivo. Y es que otro asunto funerario me ha robado la atención en horas tempranas de hoy. Resulta que el cuerpo de bomberos de Barcelona ha escenificado una farsa por la vía pública –me los encontré en la calle Valencia-, declarándose definitivamente extintos, fenecidos.
Más de un par de meses llevo observando su agonía, plasmada en la fachada de la sede principal de la calle Provenza. Y me preguntaba si habría una solución a las demandas de estos valientes auxiliadores. Se quejan de poseer un contrato de empleo precario y de condiciones laborales también frágiles, comenzando por el mal estado de los cascos de trabajo y hasta la presencia de escarabajos y roedores en sus cuarteles. Además, y quizá lo más preocupante, el bajo coste de las horas extras -14 euros brutos-, así como del exiguo plus de peligrosidad que cobra un bombero de esta urbe-63 euros brutos.
En fin, que hoy uno de ellos me puso en las manos un volante con todos sus reclamos impresos, para que la gente sepa de qué va el asunto. Marchaban pacíficamente –algunos hablando por el móvil, tal vez con las novias, o con un amigo-, e iban escoltados por la policía local, o sea, por los Mossos. El tráfico tuvo que circular por una vía paralela, y los aguerridos extintores tuvieron su momento de gloria, de reivindicación y fuga del cuartel. Peregrinaban con el difunto a cuestas, simbología de un duelo que se veía venir. La pregunta que me hice fue qué pasará ahora. ¿Dejarán de sonar las sirenas rojas en esta ruidosa ciudad?
Claro que no. Se trata una prueba de pulso contra el Ayuntamiento que seguro tendrá un acuerdo favorable para ambas partes.
No me gusta extrapolar las cosas, pero, como acabo de regresar de mi agridulce isla, la de Cuba, imaginé qué se haría Raúl Castro si los bomberos de La Habana enterraran metafóricamente sus equipos.
Irían a la cárcel, lógicamente, pero una manifestación como esta es prácticamente imposible que ocurra allá. El cuerpo nacional de bomberos cubanos es castrense y está formado, en su gran mayoría, por reclutas del servicio militar activo.
Nada, que cuando uno regresa de viaje necesita una transición para ponerse a tono con su realidad, y es muy probable que estas líneas se deban a semejante proceso intermedio.
2 comentarios:
Tu forma de reflexionar es muy peculiar...en lugar de decir que en esta sociedad enferma, donde no hay seguridad para nadie, y que ni siquiera los bomberos tienen tranquilidad, lo que se te ocurre decir esd que en la isla, los bomberos no pueden protestar...
Es una forma muy tipica de los que como tu no quieren referirse a los problemas reales y cada vez mayores, tiene este sistema capitalista y sin control por parte del gobierno...pero al parecer eso a ti no te preocupa...es que tu no vives en Barcelona...
Maria Luisa
Querida Maria Luisa,
Como bien debes saber, no todo el mundo tiene la misma manera de pensar y ni mucho menos percibe la vida por igual. ¡Por suerte! Esa es lo maravilloso de vivir en democracia y en libertad; aunque esto siempre es cuestionable, por supuesto. Y lo que marca la pluralidad y la riqueza social.
En Barcelona claro que hay muchos problemas y Jorge no los alude en ningún momento. De hecho la crónica habla de un problema en concreto. ¿Lo has leido?, ¿o solo te has limitado a leer los dos últimos párrafos?
Le ha tocado vivir dos realidades completamente distintas, y las comparaciones son inevitables. Los referentes los buscamos siempre. Son los que permiten valorar, crecer, etc. Evolucionar y no estancarse.
Por favor, no dejes de hacer estos comentarios. incisivos, irientes, acusadores, etc., ya que demuestran que valoras la libertad de pensamiento y de expresión; así que te invito a que continues haciendo uso de eso tan maravilloso que tiene vivir en libertad y democracia.
Saludos,
Maria
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