Salgo del metro por las escaleras eléctricas. Al llegar a la calle, me doy cuenta de que estoy perdido. Todo me da vueltas como si el entorno fuera un carrusel.
Está cayendo la noche.
Voy a buscar a mi mujer a su trabajo, escaso de tiempo, porque salí tarde de mi casa.
Veo a mi izquierda el bar Obama que siempre está a mi derecha cuando salgo del metro. Sé perfectamente dónde estoy pero no sé hacia dónde ir. La gente pasa a mi lado con prisa, rozándome el bolso negro que llevo cruzado en el torso. Estoy detenido en el mismo lugar girando para encontrar con la vista mi camino. El bar Obama ahora me queda a la derecha pero no logro asegurarme de que esa sea la dirección correcta.
Comienzo a sentir angustia.
Temo desvanecerme y aparecer en un hospital con el rostro de mi mujer delante. Decido sentarme en un banco de piedra que hay en el centro de Gran Vía. Ya una vez me sucedió lo mismo en La Habana, hace muchos años, y tuve que bajarme de un autobús porque comencé a desesperarme y me faltaba el aire.
En el banco, respiro fuerte con el diafragma. Intento relajarme sin que la gente se dé cuenta de que me pasa algo. Sé que es transitorio.
Pero me asusta no saber por dónde ir en un lugar tan cotidiano como ese.
Cojo el teléfono y llamo a mi mujer para decirle que me espere en la puerta porque voy con retraso. Me tiemblan las manos.
Mi mujer no responde. En su lugar, salta un contestador. Debe estar en el lavabo de su trabajo. Allí no tienen cobertura.
Guardo el teléfono en el bolso. Me pongo las dos manos en el abdomen para sentir la presión del aire. Recuerdo cuando me puse así una temporada, en La Habana, a raíz de un divorcio. Me da miedo pensar en eso. Fueron meses horribles en los que algo extraño me dominaba y me convertía en un ser inútil. En aquellos tiempos me enseñaron a respirar con el diafragma.
Estaba al borde de un ataque de pánico por no saber hacia dónde ir y estaba afuera de la boca de metro por donde salgo todos los días. La gran suerte era estar al aire libre. Pensé en pedirle a alguien que me indicara, para ganar tiempo y que el caminar mismo me orientara y dejara de asustarme esa situación.
De pronto me levanto e intento poner a mi derecha el bar Obama. Me sirve de referencia como siempre, me oriento y veo claro el camino. Lo veo todo claro, en su sitio. Encuentro de súbito mi dirección, como si no hubiera pasado nada, como si unos minutos atrás no hubiera estado dubitativo y me asustara por eso.
Ahora tengo dudas de si apurar el paso o no.
Opto por lo segundo, para no perder la relajación, aunque mi mujer tenga que esperar.
Vuelvo a llamarla y me contesta enseguida.
-Ahora te cuento, estoy a dos pasos-le digo.
Ella está en la puerta de su trabajo alumbrada por un farol cenital. Señala su muñeca izquierda para indicar mi tardanza. Se le ve alegre, aunque cansada.
Me aproximo y detalla mi rostro. Me pregunta qué ha pasado, por qué llevo esa cara.
Le cuento lo sucedido a la salida del metro, temblándome la voz. Estoy todavía asustado, recuerdo a cada instante la época terrible de La Habana.
-¿Y qué has estado haciendo antes de venir?-me pregunta.
-Estaba en la casa-digo.
-¿Pero haciendo qué?-insiste.
-Me he pasado seis horas delante del ordenador mirando asuntos cubanos-respondo de carretilla para decirlo de una vez y de una vez recibir su reacción.
Mi mujer me abraza.
-Ven-me coge de la mano-. Vamos a tomar algo por ahí. ¿O prefieres ver tiendas?
-Necesito una copa.
Al decir esto último, baja un alivio del cielo y se me instala de alguna manera. Dibujo la escena en la mente, de cuando estuviéramos sentados en una terraza y la brisa de septiembre me despejara la cabeza, en unas mesas de un bar al aire libre donde habría poca gente y mediana luz, y yo le contaría a mi mujer que me hace daño leer tanto rato el mismo asunto, y que, para alternar, me senté frente al televisor un poco antes de salir y solo se veían rayas.
Está cayendo la noche.
Voy a buscar a mi mujer a su trabajo, escaso de tiempo, porque salí tarde de mi casa.
Veo a mi izquierda el bar Obama que siempre está a mi derecha cuando salgo del metro. Sé perfectamente dónde estoy pero no sé hacia dónde ir. La gente pasa a mi lado con prisa, rozándome el bolso negro que llevo cruzado en el torso. Estoy detenido en el mismo lugar girando para encontrar con la vista mi camino. El bar Obama ahora me queda a la derecha pero no logro asegurarme de que esa sea la dirección correcta.
Comienzo a sentir angustia.
Temo desvanecerme y aparecer en un hospital con el rostro de mi mujer delante. Decido sentarme en un banco de piedra que hay en el centro de Gran Vía. Ya una vez me sucedió lo mismo en La Habana, hace muchos años, y tuve que bajarme de un autobús porque comencé a desesperarme y me faltaba el aire.
En el banco, respiro fuerte con el diafragma. Intento relajarme sin que la gente se dé cuenta de que me pasa algo. Sé que es transitorio.
Pero me asusta no saber por dónde ir en un lugar tan cotidiano como ese.
Cojo el teléfono y llamo a mi mujer para decirle que me espere en la puerta porque voy con retraso. Me tiemblan las manos.
Mi mujer no responde. En su lugar, salta un contestador. Debe estar en el lavabo de su trabajo. Allí no tienen cobertura.
Guardo el teléfono en el bolso. Me pongo las dos manos en el abdomen para sentir la presión del aire. Recuerdo cuando me puse así una temporada, en La Habana, a raíz de un divorcio. Me da miedo pensar en eso. Fueron meses horribles en los que algo extraño me dominaba y me convertía en un ser inútil. En aquellos tiempos me enseñaron a respirar con el diafragma.
Estaba al borde de un ataque de pánico por no saber hacia dónde ir y estaba afuera de la boca de metro por donde salgo todos los días. La gran suerte era estar al aire libre. Pensé en pedirle a alguien que me indicara, para ganar tiempo y que el caminar mismo me orientara y dejara de asustarme esa situación.
De pronto me levanto e intento poner a mi derecha el bar Obama. Me sirve de referencia como siempre, me oriento y veo claro el camino. Lo veo todo claro, en su sitio. Encuentro de súbito mi dirección, como si no hubiera pasado nada, como si unos minutos atrás no hubiera estado dubitativo y me asustara por eso.
Ahora tengo dudas de si apurar el paso o no.
Opto por lo segundo, para no perder la relajación, aunque mi mujer tenga que esperar.
Vuelvo a llamarla y me contesta enseguida.
-Ahora te cuento, estoy a dos pasos-le digo.
Ella está en la puerta de su trabajo alumbrada por un farol cenital. Señala su muñeca izquierda para indicar mi tardanza. Se le ve alegre, aunque cansada.
Me aproximo y detalla mi rostro. Me pregunta qué ha pasado, por qué llevo esa cara.
Le cuento lo sucedido a la salida del metro, temblándome la voz. Estoy todavía asustado, recuerdo a cada instante la época terrible de La Habana.
-¿Y qué has estado haciendo antes de venir?-me pregunta.
-Estaba en la casa-digo.
-¿Pero haciendo qué?-insiste.
-Me he pasado seis horas delante del ordenador mirando asuntos cubanos-respondo de carretilla para decirlo de una vez y de una vez recibir su reacción.
Mi mujer me abraza.
-Ven-me coge de la mano-. Vamos a tomar algo por ahí. ¿O prefieres ver tiendas?
-Necesito una copa.
Al decir esto último, baja un alivio del cielo y se me instala de alguna manera. Dibujo la escena en la mente, de cuando estuviéramos sentados en una terraza y la brisa de septiembre me despejara la cabeza, en unas mesas de un bar al aire libre donde habría poca gente y mediana luz, y yo le contaría a mi mujer que me hace daño leer tanto rato el mismo asunto, y que, para alternar, me senté frente al televisor un poco antes de salir y solo se veían rayas.
15 comentarios:
1.你了解關鍵字廣告的陷阱與秘密???
2.你了解SEO技巧???
3.你了解網路行銷的方式與種類???
4.你了解關鍵字行銷後的商機!!!
5.你了解SEO作業與流程!!!
6.你認為網路行銷多少才合理???
7.你了解網站排名的注意事項!!!
Comprensible. Ahora, lo que no acabo de tener claro es cómo, cuándo y dónde aprendiste chino.
Besitos,
silvita.
Silvita; mi amor, no sé qué hacer. se me han colado unos chinos en el blog, los tengo detrás. no me gusta borrar nada de aquí, porque el blog perdería su estado natural,pero los chinos me tienen loco. creo que son anuncios de transporte. ¡vaya empecinamiento!
debe ser agobiante sentirse asi, menos mal que lo puedes controlar y que al final tengas una mano amiga (tu mujer) que comprende y ayuda a que te relajes, saludos
ahhhh y lo de los chinos sería cuestión de aprender unas palabritas en su idioma y mandarlos a tomar el fresco.
Yoyi, no leas tanta ficción que eso enferma, claro está! Por otra parte si te encuentras con un capítulo de suspenso y terror ...ui...ahí sí que estás perdido, al menos esta vez, sólo fuiste poseído.
Espero que no falten a mi "actividad", aunq no me han dicho nada desde el viernes, me siento como esfumada de su ambiente.
A las 6 pondré la peli Vampiros en La Habana y a las 8 se supone comience la descarguita...aunq ya veremos, pq horario cubano, horario "poseído". Luego Futbol, tragos o lo que sea...
Ay, sí, Yoyi, haz como Margarita dice, búscate un chino que te traduzca y te ayude a botarte pal solar en la lengua confundida de Confusio! Mira que los chinos son muy persistentes! Y sobre todo los relacionados con el transporte, si no, a cuérdate de aquellas bicicletas, que como su nombre lo indica son "Forever": más nunca te bajas!
Por cierto, me gustó lo que se aprecia en la foto! Sobre todo la luz de la escena, y el ventilador, que está tocao. Nice.
Y los chinos que no se ofendan, yo le descargo a la cultura del celeste impero... hasta he intentado aprender caligrafía, y ahorita mismo voy para un cursito de taichi.
Miherma, esta vez el escrito chino es sobre comercialización de palabras clave (keywords), no sé qué será eso, pero parece que hay algún website chino que comercializa cosas así. Vuelvo y te repito que debe ser algo automático, y que lo pudieras resolver, caso de que sea eso, sólo poniendo, justamente, la palabra clave en el comentario.
Un abrazo para ti y otro para la Silvita, que si practica Tai chi, debe ser mejor persona aún de lo que me la había imaginado.
Hola!
Si, hace daño no solo las 6 horas de ordenador, sino el monotema. Te entiendo...
(Lo del chino, con seguir los consejos de tus amigos ya lo resuelves.)
Saludos
Coñó, asere, ahora sí que están apretando los mensajes en chino. En este se ofrecen de intermediarios para matrimonio con muchachas chinas, vietnamitas y taiwanesas. No sé si eso te interese a estas alturas, así que puedes escribirles algo como que se vayan al carajo (您去地獄), o algo peor (愚笨的蠢人,母親笨蛋) que mejor ni sepas lo que significa.
JI, ahora sí que esto se estaba poniendo en Chino, leía los comentarios y decía: ¡Qué alcance tienes!
Oye, no me lo vas a creer pero jamás había padecido de mareos y hace como un mes, después de viajar un poco en el mar de lo mismo, siento a ratos que se me va la cabeza o la imagen al frente, se desplaza. Sinceramente, estoy pensando tomar distancia, hablo de leguas y dejar el brazo extendido para el hombro de dos blogs o tres. Un abrazo
Ya se aburrirán los chinos con estos mensajes comerciales. por ahora, voy a dejar los comentarios como están para darle otra dimensión al blog...la globalización es tremenda! Gracias a todos. estoy mejor...el remedio es no leer tanto del mismo asunto porque hace daño. Hoy me he despertado optimista y ni siquera he buscado noticias sobre el concierto de Juanes. es un paso de avance importante. Silvita, mi amor, esta foto es de la sala de mi casa. no hay truco ni nada. las rayas y círculos extraños estaban en el televisor. un beso.
Qué linda la sala de tu casa, Yoyi! Oye, lo de las rayas y los círculos, no será brujería de los chinos del blog? Un postergeist asiático?
Caballero, lo virtual marea! Yo por si acaso lo llevo suave. Hay que pararse, dejar la compu, hacer pipí, tomar café, rascarse la cabeza, mirar por la ventana... nada de horas y horas ahí pegados!;-)
Cuídense y besos para todos! Queridos Chinos: un saludito porque ya casi que somos conocidos... pero hasta ahí...no se embullen! Y dejen a mi socio en paz!
silvita.
Jorge, toma nota o te vas a enfermar:
aléjate del tema cubano por un tiempo, es como una droga, y te vuelves adicto a él...es más proponte un dia,un dia, a ver si eres capaz, no ver un ordenador...
Vives en Cataluña, eres residente con novia catalana, ¡entonces, vive tu vida aqui!
Lo de la isla es ya sabemos un pozo sin fondo...
Es mas ¿te seria muy dificil escribir en este blog temas que no sean cubanos?
Con la sensibilidad que tienes, no te dejes llevar por el monotema...
Es verdad que estás sin trabajo, pero necesitas una terapia antitema cubano
Un abrazo
Juanita
Ataques de panico el PC mas de una hora seguida te pone hasta del mal humor, para mi q son la radiaciones q emite, Estoy acuerdo con el comentario ants del mio, coge las cosas con calma q en Cuba excepto unos cuantos en prision el resto está tirando escupi'as a los aviones , mira la ultima foto q publico Agua en el post zzzzzzzzzzzz!!! Ellos están tranqui.... saluti
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