viernes, 8 de junio de 2012

Una lagrima cayó en la arena



Espectáculos como El número uno se agradecen hoy más que nunca

Antenoche El número uno (jueves, Antena 3) llegó a uno de sus puntos más álgidos, conquistando al espectador con una partida de ajedrez que sin embargo, a nuestro juicio, no ganó el mejor. Pero lo bueno que tiene este programa es precisamente la variedad de estilos y de propuestas del repertorio universal.
Se trata de un curioso formato cazatalentos donde se disimula elegantemente el reality–porque lo hay- y al mismo tiempo nos hace creer que no existen componendas, sino solo el destino. Además del también versátil jurado (Miguel Bosé, Ana Torroja, Bustamente, Natalia Jiménez, Sergio Dalma, Mónica Naranjo) y de la siempre encantadora Paula Vázquez-aunque se ponga nerviosa en la conducción-, el espectáculo intenta dar razones de que no es necesario el manido recurso del internado en una casa para enganchar a la audiencia con interiorismos fatuos.
Se busca una persona cuyo talento natural, trabajado o no, reúna las condiciones excepcionales de un intérprete vocal, que sea un número uno en su terreno. Y duele a estas alturas ver marchar cada semana a verdaderos artistas que nunca hubieran tenido su minuto de gloria si el destino mismo –ese caprichoso señor- no lo hubiera querido. Se agradece también una muestra de la otra cara de España en estos tiempos en los que la propia televisión nos tiene en vilo con el porvenir.
Aunque ha ido cambiando la programación de los lunes a los jueves como quien no quiere las cosas, y a pesar de insoportables compromisos publicitarios que cortan el buen rollo, El número uno ha puesto a flor de piel no solo el talento escondido en la geografía española, sino también el lado humano de grandes figuras sentadas allí como jurado.
Es de suponer que ni Bosé ni Mónica Naranjo utilicen una cebolla para llorar, porque se les ve sinceramente compungidos.
Antenoche (undécima edición, casi el final de la serie) el programa transitó otra vez por el filo de la navaja con en ese duelo verdaderamente titánico y a capella, entre la personalísima Laia –una catalana decidida a cruzar fronteras-y el alegre vencedor Jadel, -un isleño de Canarias que se robó el corazón de al menos dos mujeres del jurado.
Al margen de las sorpresas y de que “el pescado pueda estar vendido” de antemano, lo que hay de reality  se deglute bastante bien siempre y cuando exista –por solo citar un ejemplo- una intérprete como Hermi Callejón, que no permite al espectador distraerse con las bailarinas de atrás.
Por algo será.
¿Será la ganadora? ¿Será Hermi La Voz del programa? ¿O será Roko, la jovencísima andaluza tan magnífica haciendo cabaret?

En la imagen superior, la veinteañera Laia, de Girona, Catalunya.
 

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