El aspecto de pueblo, de
pueblo extendido que tiene Miami lleva implícito el sentido gastronómico
abierto. Hay cientos de fondas donde –no siempre- por un precio aceptable se
puede comer mucho y sabroso. Quiero decir, que sirven así.
Quien escribe,
usualmente, paga la completa, almuerza y termina el plato por la noche
compartido, porque si algo bueno tiene “el sistema” es que no da vergüenza
llevarse las sobras. Todo lo contrario, te la envuelven como señal de amistad.
Tiene lógica que si uno
paga y está bueno “arrastre” el manjar.
En las fonditas
dispersas en norte y sur de Miami está toda Cuba, en síntesis. Hoy en una
marisquería hablamos de Camagüey, la ciudad atravesada por líneas de trenes,
señorial, antigua, la villa fundada por los españoles donde –hasta que dejé de
visitarla en los 90- había una inmensa cantidad de hoteles per cápita.
-Chiquiticos, pero
acogedores- rectificó Maritza, la camarera.
Pensó que le iba a
hablar mal de Camagüey, tal vez por la costumbre habanera de mancillar las
provincias.
El recuerdo se me
disparó hacia los festivales de teatro de Camagüey y sobre eso hablamos.
También sobre el Hotel Plaza, donde yo me quedaba.
Estoy conociendo las
fondas poco a poco, los mediodías sobre todo. Me lleva el que aparece en la
foto, un señor trotamundos (Armando López, por más señas) al que agradeceré siempre estos primeros pasos en la ciudad eterna, no en el sentido
de Roma, obviamente, sino en el de las distancias que aquí se traducen en
millas.
Siete dólares y pico –del
precio de la cerveza de botella ni hablar- respondieron a un arroz amarillo
casero, filete de pescado grillé (¡qué manía con la mantequilla, por favor!) y
plátanos maduros fritos.
No está mal. Sobre todo
por lo pintoresco del lugar. Es una pescadería con fonda que está en la avenida
37 del Nort West y la calle cinco o seis, si no recuerdo mal.
Dice Armando:
-Con esta comida y esa
salsa de fondo –se refería a una música para bailar de los ochenta- parece que
estamos en México.
Pensé que podría ser,
como mismo cualquier otro lugar de Latinoamérica. ¿Pero por qué no la Cuba
sencilla y alegre que alguna vez soñamos tener?
Foto del autor
1 comentario:
Me alegro de que Armando te muestre esa ciudad que bien pudiera ser de Babel. Armando es uno de los periodistas que mejor conoce el mundo cultural cubano...Excelente su gira por Europa sobre Olga Guillot. Ojalá se decida a escribir. Yoyi ya me darás unas vueltas por ese mundo de olores y sabores.
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