Seguro que sí, pero la
verdad es que no quiero enterarme.
El tiempo pasa veloz,
demasiado rápido para haber comenzado una nueva vida en Miami, ciudad que me
abrió el corazón y me dio trabajo.
Llegar aquí es como
revisitar Cuba tantas veces sean
necesarias. Aquí está todo el mundo
y mucha gente es feliz aquí, y no pocos mueren aquí.
Para mi 48 cumpleaños,
la casualidad quiso que muriera Guillermo Álvarez Guedes, seguramente el cómico
más grande, más conocido que ha tenido la isla. Los cassettes con sus chistes
corrieron de mano. Para los que nunca lo conocimos personalmente –me dijeron
hoy que era muy serio-, Álvarez Guedes era una voz que captaba perfectamente la
idiosincrasia nuestra, el costumbrismo, incluyendo, por supuesto, la histórica
homofobia nacional.
Álvarez Guedes, desde la
isla, era Miami, y viceversa. Así que el simbolismo es total si el viejo
comediante muere un día como hoy. No porque yo cumpla años, obviamente, sino
porque hoy mismo se presentaron en esta ciudad dos jóvenes juristas
independientes que hacen la oposición desde adentro.
Con Álvarez Guedes se va
una Cuba y con estos juristas comienza a andar otra.
Dinámica natural de la
vida o dialéctica de las generaciones.
Me honra la visita hoy
en Cubanet –web site donde trabajo- de Laritza Diversent y Veizant Boloy. De la
misma manera, siento tristeza por la noticia de que una Cuba ha partido, la más
dura, la más triste, a pesar de los chistes. Ha pasado demasiado tiempo.
Foto de Armando López
1 comentario:
Felicidades !!
FYI, dejaste el Pajaro (47) detras, entraste en la Cucaracha o Abanico (48) y vas camino a Borracho (49)
Nos vemos el sabado
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