viernes, 11 de marzo de 2011

La orilla sur del Mediterráneo también existe


¿El llamado Mundo Árabe entra en la era postislamista?

Aunque todavía escépticos y expectantes, los cuatro humanistas árabes que se presentaron ayer ante el público en Caixa Forum, en Barcelona, gozaban el orgullo de pertenecer a un mundo en revolución; un mundo que, sin lugar a dudas, está dando ahora mismo lecciones de coraje a Occidente.
Hafid Aarab, portavoz de la Liga de Imanes de España; Basel Ramsis, cineasta y bloguero egipcio; Sirin Adlbi, profesora de Estudios Mediterráneos de la Universidad Autónoma de Madrid, y Rachid Aarab, profesor de Historia del Islam de la Universidad Autónoma de Barcelona, expresaron su convencimiento de que las revueltas del Magreb sólo acaban de comenzar y llegarán hasta el Golfo Pérsico, dando lugar a una nueva era y ordenamiento mundial. Es un efecto dominó, dijeron, cada uno en su turno, durante un debate de casi dos horas en el que también el público tomó la palabra.
Tres de ellos, marroquíes asentados en España, en compañía del joven egipcio que estuvo en el centro de las manifestaciones de la plaza Tahrir. Están convencidos de que el mundo árabe busca su dignidad y legitimidad; que no puede bajar el ritmo de reivindicaciones que lleva porque se ha roto el muro del miedo y, además, no hay nada que perder. “Estamos decidiendo nuestro futuro. La velocidad que llevamos hay que medirla por segundos y no por minutos”, aseguró Rachid Aarab, sentado en un extremo del panel. Precisamente, ni él ni sus compatriotas creen en las reformas de descentralización de poder que acaba de anunciar el rey marroquí Mohamed VI, ya que se trata de una estrategia nada democrática, para calmar los ánimos en el vecino país africano.
Por su parte, el cineasta Basel Ramsis, quien ha sido torturado por la policía secreta del depuesto dictador Mubarak, no cree en la benevolencia del ejército, que es quien está ahora dirigiendo Egipto. “Ni en Túnez ni en Egipto hay democracia todavía. Cayeron las cabezas principales pero no el régimen”, expresó con profundo convencimiento de que su país está en un compás de espera, ante la ausencia de líderes populares que puedan garantizar unas elecciones democráticas. Según su punto de vista, es posible que Egipto esté mirando hacia el modelo turco para decidir su futuro.
Con respecto al papel de las redes sociales de internet, utilizadas a diario por él mismo, el creador audiovisual dijo que, en efecto, fueron claves para la convocatoria inicial, pero luego, cuando el gobierno cortó las conexiones, funcionó perfectamente el boca a boca y la gente continuó organizada y firme en la plaza Tahrir. Basel recordó que en los tiempos de la Revolución de Octubre no había Facebook y, sin embargo, triunfó el poder soviético.
Sirin Adlbi, la única mujer del grupo, sentada a la izquierda del moderador, prefirió dirigir el debate hacia el prejuicio que existe en Europa sobre la posible instalación, en los futuros gobiernos, del islamismo radical. Con acento español y un yihab tapándole el cabello y el cuello, aseguró que éste ha sido el argumento perfecto para que los regímenes árabes totalitarios se instauraran en el poder. Y, en este sentido, Afganistán es una metáfora perfecta. ¿No fueron los propios Estados Unidos los que armaron a los talibanes, ahora enemigos, para luchar contra la expansión soviética?, preguntó. “Estamos ahora en plena revolución por la libertad, por nuestros derechos sociales y civiles. En este sentido sí podría hablarse de un postislamismo”, expresó de cara a una sala de reuniones en la que no cabía ni un alfiler.
Pero no concluyó su turno, casi al final, sin recordar por qué Libia se ha sumado a la revolución. Hizo memoria de los actos terroristas cometidos por Gadafi a lo largo de su historia; recapituló que el propio dictador que hoy masacra a su pueblo compró su perdón con millones de dólares y ha sido indultado por presidentes europeos, desde Aznar hasta Berlusconi. Este último, en una escena ridícula y cutre, expuso la profesora, llegó incluso a besarle la mano.
¿Pero por qué, entonces, Estados Unidos y las fuerzas de la OTAN no acaban de intervenir en Libia?, voló la pregunta cuando el moderador Ignacio Cembrero, periodista del El País, anunció que nos quedábamos sin tiempo.
Fue Basel Ramsis, el bloguero egipcio, quien dio una respuesta, más o menos discutible pero que parece tener lógica:
“Están esperando a que se produzca una gran guerra civil en Libia y entonces intervenir, para, de esa manera, comunicar a los demás países árabes que hasta ahí llegó la revolución”.
El momento más dramático de la tarde/noche sobrevino sin dudas cuando nos quedamos sin tiempo. Una mujer del público contó que tiene a su marido e hijo enfrentados en la revuelta libia. En ambos bandos. El periodista de El País no perdió la ocasión para preguntarle:
-¿Y de qué bando es usted?
A la mujer, micrófono en mano y con la sala en absoluto silencio, no le tembló la voz:
-Estoy con mi marido; o sea, con los rebeldes. Él está en Bengasi.

En la foto publicada por El País, dos jóvenes egipcios exigen la salida inmediata del dictador Hosni Mubarak.
Versión de El País, aquí.

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