viernes, 10 de junio de 2011
Badalona la vella*
Durante un tiempo pensé que una canción de Serrat podría responder a una deuda personal. “¡Qué bonita es Badalona!”, entonaba el poeta en mi radio nocturna de La Habana, hacia el año 2000, hacia el cambio de siglo y de milenio.
La descubrí en la fonoteca de Radio Rebelde, que era la misma de Radio Taíno, donde yo pasaba la madrugada hablando por teléfono con unos oyentes que parecían no vivir en Cuba, porque estaban relajados y me contaban historias de sexo y amor. Quiero decir: nunca tuve la circunstancia de que alguien gritara ¡Abajo Fidel! Me hubieran destrozado los nervios.
Y hurgando en las cintas viejas encontré esa canción, de las menos populares del rapsoda catalán. La puse inmediatamente y antes de que terminara ya me estaba llamando un oyente para agradecer el rescate de una parte de sus recuerdos. A partir de ese momento, la colocaba cada dos o tres días. Pero entonces no sabía por qué.
Era un programa de corte intimista que no daba cabida a la música salsa. Teniendo en cuenta que alguien cobraba un salario para “monitorear” mis realizaciones, e informar después, y que la producción musical debía contener, al menos, un 60 por ciento de temas nacionales, ¿qué me quedaba para el intimismo noctámbulo?
Los requemados y patrióticos Silvio y Pablito, Noel Nicola, en fin, los de la Nueva Trova, y Joaquín Sabina y Serrat como elementos foráneos.
Entonces, siguiendo la huella de Eduardo Antuña, fundador del programa, me decanté por destacar baladas de los 80, en inglés, inocuas y románticas.
Por supuesto, me llamaron la atención.
Mi escapada de la isla la preparé en silencio durante el año en que realicé ese trabajo de psicólogo informal de la madrugada. Podemos decir que, de cierta manera, dejé colgados algunos oyentes pero de otra parte no. El destino me trajo a vivir a Badalona, la vella, la tradicional, la misma de la canción de Serrat. Esa incluida en la demarcación que ahora gobernará el Partido Popular a partir de un discurso xenófobo.
Pero, ojo: las noticias escuetas y centradas en política no dan cuenta de la belleza del casco antiguo de esta ciudad, de las ramblas al lado del mar, del estilo de pueblo –bien conservado- con sus casas de dos plantas, sus zaguanes cuya normativa han seguido los nuevos propietarios. No se menciona apenas del tren, el primer ferrocarril creado en España para cubrir la ruta Barcelona-Mataró, que pasa en primera línea de mar, casi sobre la arena. En política no hay noticias sobre las playas, los teatros y la todavía viviente fábrica de licor de anís.
¿Y la casa que compró la actriz Margarida Xirgu en la calle Santa Madrona, la mítica representante, intérprete fetiche de los estrenos de Lorca?
Bueno, hay más.
Como toda ciudad –ésta sombreada por la gran Barcelona-, Badalona guarda su historia; no solo en las bibliotecas, sino también en las fachadas del centro, que no es pequeño, no señor. Aunque hay que reconocer que sigue siendo aristocrático. Para disgusto y placer de los que dicen odiar a los burgueses.
Las callejuelas del centro están llenas de tiendas de delicatesen que no salen nunca en los telediarios ni en los periódicos.
¡Quién me lo iba a decir!
Foto del autor
En primera línea de mar, la fábrica de Anís del Mono, uno de los licores más famosos de España. El antiguo inmueble funciona también como museo.
*Del catalán, Vella: Vieja, en castellano.
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1 comentario:
Y yo, que viviendo en LH y en Malmö, no sabía que un día iba a ser feliz en Badalona! Pues lo fui, muy feliz y serena, porque si Badalona es vella, ustedes son preciosos.
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