viernes, 17 de junio de 2011
Sagar S.L.
Dibujante indignado. Desde Huesca vino a estudiar Bellas Artes a Barcelona y aquí se quedó. ¿Para siempre?
Bajando al Mediterráneo, a la gran ciudad, encontró amigos, novia, talleres de cultura alternativa –algo muy parecido a la contracultura-, barrios especialmente bohemios, con gracia, donde la historia es tan antigua que no alcanzaría el tiempo para dibujarla entera. Su nombre es hindú y su apellido aparece relacionado en el mapa de blasones españoles. Pero todo el que lo conoce, en lugar de utilizar el ilustre Fornies, lo llama simplemente Sagar.
Es un inquieto dibujante de rostros urbanos; cuando viaja en trenes y metros y cuando toma un café en una terraza. Su trabajo sale de todas las partes. Sagar saca su libreta de bolsillo tipo Moleskine, comienza a recoger rasgos y se ensimisma de una manera envidiable. No puede vivir sin dibujar.
Ha perdido el equipaje alguna vez, lo que quiere decir que ha extraviado colecciones de retratos. Su técnica es muy sencilla: Él es la esencia de los pintores de Montmartre pero con la impronta de ser itinerante.
En estas páginas tuvimos noticias suyas cuando trabajaba bajo las órdenes de Javier Mariscal para la película Chico y Rita, codirigida por Trueba. Pero, claro, aunque debe aparecer en los créditos del largometraje, en aquel momento era uno más del ejército de no famosos que ilustraba detrás del telón, los que armaron “el muñeco” y de paso “viajaron” a La Habana en un período astral. En los estudios de Poble Nou nos recibió para mostrarnos el laboratorio de animación de este filme que todavía comienza a andar. Más callado que con aspavientos, así es él.
Ahora dedica parte de su tiempo a poner en sus papeles todo lo relacionado con el movimiento de indignación popular, en plazas grandes de Barcelona, entre los disturbios, los mossos de escuadra y el ambiente de camping citadino del 15 M. Fue seleccionado para una exposición conjunta con más de 200 dibujos sobre estos acontecimientos sociales, colgada en el Centre Artistic de Sant Lluc. El comisario de la muestra, Oscar Guayabero, dijo a la prensa que dibujar exige mucha más participación que fotografiar, más encarnación desde adentro.
Mientras escribo estas líneas, a las once de la mañana, el autónomo Sagar Fornies debe estar impartiendo clases, trabajando en un boceto de La fura dels Baus o recostado a un árbol en los alrededores del Parlament de Catalunya, adonde han ido a parar las manifestaciones populares contra todos los políticos españoles. De ahí se irá a los preparativos de un concierto de jazz –su pasión compartida e integrada en el dibujo- o simplemente a casa. Pero, durante el viaje, en el metro, registrará para siempre la expresión de un viajero. Hará historia, que se verá, o no, en dependencia del destino de su mochila.
Aquí pueden visitarlo.
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