miércoles, 30 de noviembre de 2011

Tu cara me suena


Principio y final de la buena televisión

Con pesar despedimos anoche uno de los pocos programas que valió la pena seguir en la pequeña pantalla. Y lo seguimos porque, desde el principio, había algo diferente. No fue su título –Tu cara me suena, bastante usado como fórmula coloquial- lo que provocó el milagro, sino el casting, digámoslo así, de un grupo de figuras públicas que, si bien por sí solas pudieran hasta diluirse en la nada cotidiana, en conjunto ofrecieron uno de los más entrañables espectáculos vistos en mucho tiempo.
La idea de este show de imitaciones de famosos a famosos, producido para Antena 3, ha calado fuerte en las noches del miércoles, justo cuando la semana se parte por la mitad. Hemos visto excelentes caracterizaciones de maquillaje y también de interpretación, pero más que todo hemos participado de una fiesta entre adultos, figuras consagradas de la canción o del histrionismo español, presentadores y, en fin, lo más variopinto de las artes escénicas del patio; artistas que, de no ser por este programa, tal vez nunca se hubieran encontrado. Un diapasón muy amplio de registros escénicos, desde Andalucía hasta Catalunya. Nos acaban de presentar con mucho éxito a todas o casi todas las Españas, en un divertimento inusual –por su naturalidad, quiero decir- no exento de un mal rollo social al principio que limó asperezas de buenas a primeras.
Porque el jurado también fue heterogéneo. Desde un quemadísimo Àngel Llàcer, saturado en la mayoría de las parrillas televisivas de concursos de música, hasta una estupendísima, correcta y profunda Carolina Cerezuela, pasando por una Mónica Naranjo que al principio se creyó lo de jurado hasta que se dio cuenta de que esto no iba tan en serio.
La ganadora de esta primera edición –Antena 3 prometió volver con el programa- fue la pequeña Angy, que al parecer no solo le robó el corazón a sus compañeros de concurso y al jurado, sino además a la audiencia que la votó a través del teléfono.
Yo creo que ni los mismos productores imaginaron que el reparto construido iba a dar tanto juego (Santiago Segura, Julio Iglesias Jr., Silvia Pantoja, Toñi la de Azúcar Moreno, entre otros conocidos personajes de la farándula), pero muchas veces pasa esto, que la puesta en escena y la improvisación son capaces de superar el guión. Hasta Francisco, el cantante alicantino que no sabe bailar, tuvo que entrar en cintura, metafóricamente hablando.
Para rematar, la gala de clausura, emitida en directo a diferencia de los otros episodios, contó anoche con la presencia de Manolo Escobar, ya mayor pero sonriente y divirtiéndose también. Su presencia allí la vi como una síntesis del tiempo y el espacio en este país que ha intentado separarse varias veces. Y no lo ha logrado. Manolo Escobar es un referente de la España profunda, del folclor también llamado cañí, pero también es el emigrado que de joven llegó a Barcelona (a Badalona, al barrio de La Salud) para buscarse la vida en fábricas y talleres.
Luego se hizo leyenda cantando pasodobles.
No es Julio Iglesias que, ya en la gloria, se marchó a Miami, pero ya vemos que hasta el hijo del moreno español más famoso estuvo en el libreto.
Televisión inteligente, desenfada, presentada magistralmente por un catalán, Manel Fuentes.
Que vuelva esta tele y nos haga reír sin complejos, que la vida son tres días y estamos hasta la coronilla con tanta basura en el éter.

Foto tomada de la televisión
El presentador de Tu cara me suena, Manel Fuentes.

2 comentarios:

Guillermo Bernal dijo...

Lo vi uno o dos veces y coincido contigo. Era simpático y sobre todo me encantaba el cabreo de Francisco, ese genial cantante y la Toñi de Azúcar Moreno cuando hizo de Celia. Creo que los tiros debían dirigirse a telecinco. Vasile, el director, trajo lo peor de los italianos y lo unió a lo peor de los españoles y el experimento ha sido diabólico. Un saludo

Jorge Ignacio dijo...

Claro, Guillermo, ha sido un cóctel molotóv la fórmula Berlusconi, dueño de gran parte de la televisión de España, pero por suerte el talento ha despertado y se ha cambiado de lugar. Celebro la inteligencia y el buen gusto, sin dejar de ser picantón un programa, como este que comentamos aquí. Saludos.