lunes, 25 de octubre de 2010

Trini, perdón por llamarte así



Cuba es un vacilón para quien no sufre aquella realidad cada día

Recién estrenada como Ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez desembarcó hoy en Luxemburgo solicitando una señal hacia la isla, algo tan ambiguo como un destello. En una canción, Carlos Varela, el trovador cubano que en una época fue contestatario, decía que la gente estaba en la calle esperando una señal.
Claro, todos interpretamos la reacción en cadena de un pueblo que está callado esperando a que alguien dé la primera gota de sangre. Pero –por solo citar un ejemplo con la letra de Varela- nos aburrimos de la polisemia precisamente esperando una señal. Y, como no estábamos dispuestos a ofrecer la primera gota de sangre, muchos nos marchamos del país como pudimos y otros quedaron allí haciéndole guiños al gobierno. Esto último se ve claramente en Facebook: A los periodistas que estudiaron con nosotros, a los que todavía están en los medios oficiales, la dictadura les "insta" a crearse una cuenta en esta red social para hacer propaganda al régimen, para defender lo indefendible. Y nuestros antiguos compañeros cumplen a cabalidad esta orden, porque necesitan Facebook para comunicarse con sus parientes que están en el exterior, o simplemente para estar al día en las nuevas tecnologías. El administrador de internet en un país totalitario es el Estado.
Pero desde afuera estas simplezas no parecen interesar mucho. Cuba ha llegado a la miseria porque los cubanos lo hemos permitido, por una u otra razón, y también porque los estados poderosos han hecho de la vista gorda. Así que solicitar una señal a la Unión Europea con respecto al tema cubano, a estas alturas es otorgarle más tiempo al castrismo.
Los que hemos sufrido durante muchos años una cartilla de racionamiento, los que sufrimos hoy la lejanía, la pérdida de nuestros padres en aquella isla desvencijada donde apenas funciona la salud pública, solo los que hemos sido despojados de nuestros bienes raíces por el hecho de emigrar y no nos garantizan un retorno libre a día de hoy, solo nosotros y los que sufren allí el día a día sabemos que no se puede perder tiempo en negociaciones con las dictaduras.
Trini, que fue secretaria de Cooperación para Iberoamérica, tiene que saberlo.
Recordemos que los gestos de relajación de las dictaduras nunca son actos de buena voluntad. Son estrategias, simplemente.
Pero el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) sigue empeñado en ofrecer respiración asistida a Fidel Castro cuando a éste le hace falta. Ya lo hizo al principio de su primer mandato en la era de Zapatero: Canjeó a un prisionero de conciencia, el poeta Raúl Rivero, por un poco de aire fresco de la Comunidad Europea.
El cuento de nunca acabar.

Foto del autor
La represión policial es el eficiente brazo armado de las dictaduras. Véase, si no, el ejemplo de China.

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