jueves, 4 de noviembre de 2010

Producto ibérico



La Marilyn Monroe madrileña presenta disco con duetos

Bella, maciza, con ojos grandes y labios carnosos; sonrisa fácil, dientes parejos, hermosos; cintura de avispa, glúteos prominentes; tacones altos, ropa entallada; mirada triste, sin embargo. Es como si fuera una niña grande que todavía necesita que la mimen y que la guíen. Hablo de impresiones, por supuesto. He aprendido a leer las fotografías y, por extensión, la tele.
Hace tiempo que sigo subrepticiamente a Marta Sánchez, con ese nombre común que tiene, con esa voz capaz de emitir grandes agudos. La sigo desde que me impresionó hace años en Vivo por ella, junto a Andrea Bocelli. Desde entonces intuí que servía excelentemente para hacer dúos inolvidables. Ayer la descubrí todavía más en entrevistas que ofreció a los programas de la pantalla chica. Tuvo una jornada dura de plató en plató.
Se le veía ida, tímida quizá. Con su cabellera rubia suelta, con esa mata de cabellos abundantes dándole todavía más volumen a su rostro ancho y predominante. Combinaba el exotismo con la insignificancia, tal vez sin quererlo. No hace falta que diga que perder a su hermana melliza ha sido un duro golpe de la vida. Eso se nota a mil leguas.
Marta Sánchez, como Marilyn Monroe en Vietnam, actuó para las tropas españolas destinadas en la Guerra del Golfo Pérsico, a principios de los años 90. Fue elegida entonces, supongo, por su sencillez y a la vez llamativa presencia, algo así como un monumento que tiene vida, se mueve y además tiene alma perfectamente visible, audible. Ahora, a sus 44 años –la mitad de una vida, quizá-, sigue dando la hora como una maquinaria suiza, de esas que transitan sin hacer mucho ruido y nunca se estropean. Marta en las entrevistas de televisión parece introvertida; por eso lleva a que toda la atención se concentre en sus ojos.
Ya nos pasan constantemente por la radio uno de los singles –el dúo con Nena Daconte- del disco nuevo De par en par. Ahora queda por escuchar los otros “surcos”, entre los que se cuenta un binomio póstumo con su padre, el prestigioso bajo operático Antonio Campó.
A mí me sigue pareciendo un insulto que la llamada Prensa del Corazón continúe husmeando, como hace con ella, en las relaciones de pareja de los artistas. Pero, claro, no hay que olvidar que estos programas basura los demanda parte de la misma gente que consume la música de Marta Sánchez. Triste realidad.

Foto tomada de televisión
Marta Sánchez, que no proyecta ser una mujer desesperada, anoche en El Hormiguero, de la cadena Cuatro.

2 comentarios:

NACHOaSECAS dijo...

IMPRESIONANTE ARTICULO.
SI ME DEJAS PUBLICARLO O HACERTE PROMO EN MI BLOG SERIA UN HONOR.

http://martasanchezmiss.blogspot.com/

Jorge Ignacio dijo...

Por supuesto, Dreamkers, tienes luz verde. Un abrazo y muchas gracias por la colaboración.