jueves, 10 de mayo de 2012

Nadia: Nombre de mujer



Una vez, en el famoso ferrocarril Oresund, que une Dinamarca con Suecia mediante un puente espectacular, monté sin pagar y enseguida apareció un cobrador. Exactamente era una cobradora, delgada, dinámica, simpática y seria a la vez. Aceptaba lo mismo coronas suecas que coronas danesas.
Mientras perforaba mi billete, hablamos un poco. Dijo llamarse Nadia y rápidamente le pregunté –en mi inglés malísimo- si le habían puesto así por la gimnasta.
En efecto. Por ella, por la gran deportista que, con catorce años, dejó al mundo estupefacto con su increíble puntuación máxima en barras asimétricas. Fue un diez otorgado en Olimpiadas por vez primera, en los juegos de Montreal de 1976.
Soy cuatro años menor que Nadia Comaneci, por lo que la rumana/estadounidense ahora tendrá 50 redondos.
Recuerdo exactamente el sitio donde la vi competir en el 76; quiero decir, el lugar donde yo estaba. Era una casa muy sencilla de las afueras de La Habana, donde había –como en la gran mayoría de las viviendas de entonces en Cuba- un televisor en blanco y negro. Por supuesto, me enamoré de Nadia.
Y no la volví  a ver hasta esta noche.
Han pasado 36 años.
Nadia apareció radiante en el que tal vez sea el programa de sobremesa más popular de España: El Hormiguero. Su anfitrión, el simpático Pablo Motos, me ponía nervioso con esa mala costumbre que tiene de no tomar de la mano a sus invitadas para bajar peldaños, incluso con altos tacones, como los que llevaba la ex gimnasta.
Una oportunidad así la considero un gran desperdicio.
Nadia parece que pasa bastante de la fama; se mostró absolutamente natural y sencilla, complaciendo en todo al presentador, la mayor parte del tiempo descalzada porque la invitaron a enseñar su elasticidad actual.
Estaba elegantísima, con una sonrisa perpetua, dinámica, integrada al programa y con sus tacones negros en una mano, tal como la concebí hace 36 años, cuando ella tenía 14 y este que escribe 10.
Éramos todavía mocosos y ya ella estrenaba un récord mundial.
Después llegó su portada en Times, entre otras cubiertas importantes, pero aquellos impresos no circulaban en Cuba. Así que, querida Nadia, hasta el sol de hoy.
La noche de hoy, quiero decir.

Vea el programa aquí.

Foto tomada de la televisión
Nadia Comaneci en El Hormiguero, anoche

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