sábado, 22 de septiembre de 2007

Concatenación



En uno de los periódicos gratuitos de Barcelona encontré cierta confesión que partía el alma. Un hombre firmó con su nombre y apellidos una nota en la que pedía que alguien lo llamara por teléfono, y ponía su número. Se sentía solo, incomunicado en una gran urbe, lo cual no deja de ser una paradoja, además de una tristísima realidad del mundo moderno. Lo más duro, por su simbolismo, fue leer más abajo lo que el remitente decía:
“…durante muchos años, me he dedicado a comprar discos, y ahora me encuentro frente a una enorme colección que quisiera compartir…”.
Estuve a punto de llamarlo, y no solo por su música. Me sensibilicé pensando en su situación límite, en que igual me podía suceder a mí y en que, de hecho, yo también me sentía solo y seguramente con menos discos. Supuse que, para que alguien escriba unas líneas así en un periódico, debía estar muy saturado de bienes materiales, o muy carente de ilusiones. O las dos cosas. Me acordé de que esa misma mañana, en el metro, un joven piropeó con galantería a una chica y ésta respondió llamándole “imbécil”, con desprecio gestual incorporado. Enumeré uno por uno los muchos chantajes afectivos que he sufrido en alma propia, en mi eterno bregar en pos de la estabilidad de pareja. Visualicé las innumerables escenas en las que he intentado ayudar a mujeres con maletas en la estación de Sants y ellas han rechazado mi ofrecimiento, en principio por temor al atraco. Recordé que mi portero me ha pasado cuentas ajenas porque es un ser frustrado, porque siempre ha sido portero y no lo tiene asumido al cabo de 30 años.
Volví a lo mismo de siempre: que la cadena se rompe por el eslabón más débil y que lo que hay que hacer es protegerse uno mismo. O sea: tirar hacia adentro el sentimiento.
Fue un proceso rápido, paralelo a la lectura y al final no llamé por teléfono. ¡Cómo lo iba a llamar si podía ser una trampa! Lo siguiente no lo pensé, pero actué como si lo pensara: ¡que se joda!
Así mismo, pero en inglés -lo cual es más vulgar-, me dejó escrito en un mail una novia que tuve hace poco. Ella nunca aceptó que yo tratara de ver más allá de su epidermis –eso, que le rasgara la pintura-, y no pudo hacer otra cosa que cortar por lo insano, lacónicamente: “¡fouck you!”.
Todavía me estoy recuperando, pero ahora la gran duda es qué hacer cuando me vuelva a enamorar.


Invierno 2004

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Confieso que ha sido una revelación encontrar tu blog.
Me gustan tus relatos por su buena literatura y por su humanidad.
Concatenacion y Loteria son dos excelentes ejemplos.
Llama la atención cómo tienes una sensibilidad que por estos lares escasea. Se nota que no eres de aquí.
Que tienes una percepcion de la realidad y de los sentimientos humanos.
Eso tiene que ver con la formacion y educacion de donde vienes, de tu familia.
Ironicamente quizas sea por eso que casi nadie te escribe, pero yo lo hago con gusto.
Es un placer leer cada dia tus historias.
Jose Luis

Jorge Ignacio dijo...

Estimado José Luis:
Es difícil arar en el desierto, como lo es este blog a juzgar por los comentarios. No obstante, un día decidí no herirme yo mismo por el silencio que provoco, pues no me lo explicaba. Como no recibo remuneración alguna por las presentes páginas, y como, además, se me hace necesario escribir, continué lanzando un grupo de palabras al aire para quien las quisiera. Ahora con tu comentario lo haré mucho más a gusto. Siempre quise regalar este blog aunque fuera a una sola persona. No sabes cuánto me animas. Te agradezo el "atrevimiento" de dejarme tu opinión. Si algún día quisieras comunicarte conmigo más personalmente, puedes utilizar la dirección electrónica de hotmail que aparece aquí. Un abrazo.
El autor.

Infortunato Liborio del Campo dijo...

Vamos, no sea modesto, que tú sabes que no tienes un sólo lector. Hace poco estuve despidiendo a un bloguero cubano que se iba al "norte" y comenté sobre tu blog y me dió muy buena opinión. Me dijo que debías escribir una novela. Lo mismo pienso yo y creo te lo comenté hace tiempo.

Mi respuesta a la pregunta de qué hacer cuando me vuelva a enamorar es "hacerlo con las mismas ganas y pasión de la primera vez y con la experienia alcanzada en todas las otras, pero sin perder la ilusión"

Un saludo

Libo

Jorge Ignacio dijo...

Compañero Liborio:
En el seno de esta reunión, o sea, en el marco, en el pecho, debo decir abiertamente que usted estaba desparecido hace algún tiempo. Me imagino que por causas justificadas. Su militancia está resquebrajada, pero lo entendemos porque usted es un cuadro combativo.
Luego le escribo a su mail personal. Saludos del comité de base.

Enigma dijo...

Pd

Acabas de entrar a mis Feeds de lectura personal, asi que nos estaremos leyendo.

Saludos

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Ivis dijo...

Hey, Jorgín ¿y a mí dónde me dejas? Sabes que soy tu admiradora (con permiso de tu mujer).
Oye, menos mal que ví la fecha de tu post, y que es de 2004, porque, amigo, no estoy de acuerdo contigo en las conclusiones.
Creo que hay que amar, y entregarse, aunque duela, aunque seamos bichos raros.
Besitos, Jorge.

Jorge Ignacio dijo...

Ahí está la cosa, querida Ivis: hay que seguir amando, sobre todo a la vida. El post no es de 2004, sino el texto, que ya queda bastante lejos en mi memoria, pero lo rescaté de un baúl cuando ya todo eso paso. Aquella muchacha me dejó muy flaco, de verdad. Un abrazo siempre desde BNC. (que no es el Ballet Nacional de Cuba).

Ivis dijo...

Otro para ustedes, guapos.