viernes, 27 de mayo de 2011

Efecto llamada


Miles de concentrados, entre manifestantes y observadores, llenan ahora Plaza Catalunya

La carga policial de esta mañana no ha tenido otro efecto que la multitud. A las ocho de la tarde, todavía a plena luz, había miles de personas en el mismo escenario donde se produjeron los porrazos. Carteles denunciando a los Mossos de Escuadra –policía autonómica de Catalunya- estaban pegados en farolas y estatuas, pero a esa hora no había un solo gendarme. La Plaza fue del pueblo otra vez. Y lo más reivindicativo: Volvieron los techos azules de lona o plástico que cobijan a los indignados españoles, las carpas y las comisiones de trabajo.
Esto quiere decir que estaba sesionando nuevamente la Asamblea, en el centro de la explanada, adonde era muy difícil acceder. Apostado en la periferia, me puse a observar la inmensa mayoría de jóvenes que llevaban las manos pintadas de blanco, en señal de paz. Pero el epicentro estaba en todas partes. A mi lado, un equipo de reporteros de la Sexta, cadena identificada claramente con la Izquierda, se vio acorralado por los manifestantes. Les gritaban “Manipuladores”. Transmitían en directo para el telediario de la noche cuando se vieron en apuros, increpados, solo con palabras, hasta donde pude observar. ¡No quiero imaginarme qué hubiera sucedido si fueran reporteros de Intereconomía!
Muchas pancartas llamaban a la tranquilidad, a no mancharse de violencia como, decían, aplicó la policía esta mañana. Pero tal vez el mensaje más específico estaba en los que portaban un clavel, recordando a la revolución portuguesa, levantamiento militar de 1974 que provocó el derrocamiento de la dictadura. Está clarísimo que las manifestaciones en España, bautizadas como Spanish Revolution, no abrazan banderas sino demandas de mejoras sociales. Las elecciones municipales y –en algunas regiones- autonómicas, que tuvieron lugar el pasado fin de semana, dieron a este país un viraje hacia la derecha, y, en este sentido, favorecieron al grupo político (PP) más conservador.
El PSOE, ahora en el poder y con una crisis interna y externa sin precedentes, lo tiene difícil para apaciguar el alzamiento general de la población. Se avizoran tiempos de rebeldía y el gobierno, evidentemente, no sabe cómo maniobrar para sacar de la vía pública las protestas por su mala gestión.
Desde que vivo en Barcelona –hace diez años- jamás había visto tan abarrotada de gente la Plaza Catalunya.
Y en Madrid, donde comenzó todo, en Puerta del Sol, las concentraciones se han reactivado también con la carga policial de hoy.
No obstante a lo denunciado por la población civil, el Conseller de Interior de la Generalitat, Felip Puig, ha dicho a los medios que los Mossos actuaron correctamente y que tiene dudas de que los manifestantes acampados hayan sido pacíficos. Las cifras suben, según los reportes de última hora de La Vanguardia. Cientos de heridos por parte de la plataforma reivindicativa y 37 policías, con diversas fracturas óseas, dijo.

Foto del autor, donde se observa a un manifestante, esta tarde en el entorno de Plaza Catalunya

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