Llegué a mi casa a las once de la noche y todavía no tenía noticias de dónde estaba Zelaya. Ni los portales españoles de noticias en internet, ni la televisión de este país, incluyendo a la CNN en español, daban cuenta del asunto.
Según mis cálculos, el presidente depuesto debía estar adentro de un avión, pero, ¿dónde estaba ese avión?
Me pareció extraño que nadie dijera nada, rozando la una y media de la madrugada –hora española- de hoy día 6. Hasta que llegué a un fórum de internet colgado en un cajetín de la derecha de la página digital de El País, donde la gente indicaba que lo que estaba sucediendo podía encontrarse en una transmisión en directo de Telesur.
¿Telesur?
Sí, la tele chavista.
Chávez lo estaba contando todo a su manera en tiempo real. Tenía una cámara y una reportera en el aeropuerto internacional de Toncontín, en Tegucigalpa, Honduras, y un periodista en el avión donde iba Zelaya, lo que indica, lógicamente, que la nave era del ejército venezolano. Llegué a tiempo a la transmisión para ver el aparato sobrevolar el aeropuerto. Tremendo numerito se montó Chávez: Puso a Zelaya a hablar y éste no se notó tan emocionado como se debía esperar. Estaba tranquilo. Con él viajaba el presidente de la Asamblea General de la ONU, Miguel d’Escoto, y un médico. Luego habló el piloto.
-No podemos aterrizar. La pista está bloqueada-dijo.
Me pregunto qué esperaban. ¿Que estuviera el camino regado de flores?
El avión, en efecto, no pudo aterrizar. Dio un par de vueltas y se perdió de vista. Los que estaban por los alrededores del aeropuerto, aplaudieron, al lado de la cámara.
Creo que la cámara estaba emplazada en una colina y hacía acercamientos a la pista de aterrizaje. Se veían los vehículos militares transitar por la amplia explanada.
Volvió a hablar Zelaya, inquirido siempre por una periodista de nombre Marcela con cierto acento argentino.
-¿Hacia dónde se dirige ahora, presidente?-preguntó.
-Vamos a aterrizar en Managua-explicó calmadísimo Zelaya.
Llegaron al aeropuerto internacional de Managua y tomó la palabra Chávez. Éste explicó que el operativo fue preparado por teléfono a cuatro bandas entre él mismo, Daniel Ortega, Zelaya y Fidel Castro.
El jet había despegado en Washington, y cuatro horas más tarde estaba rondando el cielo hondureño. Unos veinte minutos a continuación, aterrizaban en Managua. Estando allí, la periodista que llevaba el hilo conductor recordó que en El Salvador estaba esperando la presidenta de Argentina. Se pusieron las pilas entonces y tomaron el camino hacia el aeropuerto internacional de Comalapa, en el vecino país.
El show terminó en San Salvador, con la televisión venezolana transmitiendo en directo las imágenes exclusivas de cuando a Manuel Zelaya se le ocurrió regresar a su país después de ser expulsado. Don Manuel fue listo y cerró él las transmisiones diciendo que volverá a intentarlo, por aire, tierra o mar. No sabe cómo, pero volverá.
Me fui a la cama, pues, esperando a Godot, ya que Zelaya tenía su misión cumplida. Yo, honestamente, después de este numerito creo que no volverá.
Nota. Al cierre de esta edición, las noticias de los portales de internet de España daban el hecho, por fin, con un saldo de un muerto y varios heridos que intentaron adentrarse en el aeropuerto. Telesur continuaba dando su cifra de dos muertos.
Según mis cálculos, el presidente depuesto debía estar adentro de un avión, pero, ¿dónde estaba ese avión?
Me pareció extraño que nadie dijera nada, rozando la una y media de la madrugada –hora española- de hoy día 6. Hasta que llegué a un fórum de internet colgado en un cajetín de la derecha de la página digital de El País, donde la gente indicaba que lo que estaba sucediendo podía encontrarse en una transmisión en directo de Telesur.
¿Telesur?
Sí, la tele chavista.
Chávez lo estaba contando todo a su manera en tiempo real. Tenía una cámara y una reportera en el aeropuerto internacional de Toncontín, en Tegucigalpa, Honduras, y un periodista en el avión donde iba Zelaya, lo que indica, lógicamente, que la nave era del ejército venezolano. Llegué a tiempo a la transmisión para ver el aparato sobrevolar el aeropuerto. Tremendo numerito se montó Chávez: Puso a Zelaya a hablar y éste no se notó tan emocionado como se debía esperar. Estaba tranquilo. Con él viajaba el presidente de la Asamblea General de la ONU, Miguel d’Escoto, y un médico. Luego habló el piloto.
-No podemos aterrizar. La pista está bloqueada-dijo.
Me pregunto qué esperaban. ¿Que estuviera el camino regado de flores?
El avión, en efecto, no pudo aterrizar. Dio un par de vueltas y se perdió de vista. Los que estaban por los alrededores del aeropuerto, aplaudieron, al lado de la cámara.
Creo que la cámara estaba emplazada en una colina y hacía acercamientos a la pista de aterrizaje. Se veían los vehículos militares transitar por la amplia explanada.
Volvió a hablar Zelaya, inquirido siempre por una periodista de nombre Marcela con cierto acento argentino.
-¿Hacia dónde se dirige ahora, presidente?-preguntó.
-Vamos a aterrizar en Managua-explicó calmadísimo Zelaya.
Llegaron al aeropuerto internacional de Managua y tomó la palabra Chávez. Éste explicó que el operativo fue preparado por teléfono a cuatro bandas entre él mismo, Daniel Ortega, Zelaya y Fidel Castro.
El jet había despegado en Washington, y cuatro horas más tarde estaba rondando el cielo hondureño. Unos veinte minutos a continuación, aterrizaban en Managua. Estando allí, la periodista que llevaba el hilo conductor recordó que en El Salvador estaba esperando la presidenta de Argentina. Se pusieron las pilas entonces y tomaron el camino hacia el aeropuerto internacional de Comalapa, en el vecino país.
El show terminó en San Salvador, con la televisión venezolana transmitiendo en directo las imágenes exclusivas de cuando a Manuel Zelaya se le ocurrió regresar a su país después de ser expulsado. Don Manuel fue listo y cerró él las transmisiones diciendo que volverá a intentarlo, por aire, tierra o mar. No sabe cómo, pero volverá.
Me fui a la cama, pues, esperando a Godot, ya que Zelaya tenía su misión cumplida. Yo, honestamente, después de este numerito creo que no volverá.
Nota. Al cierre de esta edición, las noticias de los portales de internet de España daban el hecho, por fin, con un saldo de un muerto y varios heridos que intentaron adentrarse en el aeropuerto. Telesur continuaba dando su cifra de dos muertos.
2 comentarios:
Leyendo los sucesos que relatas, me imagino leyendo un libro, de un autor de estos un poco complicados y espinosos, contando historias increíbles y fantasiosas. Pero tristemente es la realidad que se vive en América en general, con la compra de votos, con la compra de "políticos", con la compra de Golpes "militares" y con numeritos como el que estamos viviendo. INCREIBLE.
Sí, Martín, es una triste realidad el panorama latinoamericano, incluyendo a Cuba, por supuesto. Primero estuvieron de moda los gobiernos militares, las dictaduras, y luego siguieron los civiles que prometieron y nunca cumplieron. Cuatrocientos años de explotación desde la llegada de los españoles. La independencia no ha salvado a nuestro continente de la miseria. ¡Con lo linda que es la región! Un saludo y gracias por la visita.
Publicar un comentario