domingo, 5 de julio de 2009

Esperando a Zelaya




Hace mucho que no se vivía una situación internacional tan absurda como la que se ha desatado por la deposición de Manuel Zelaya. Esta palabra, deposición, no me gusta nada. Siempre me remite a la parte fea, pero necesaria, de la purga de los intestinos. Buscaré en el diccionario si existen acepciones. Mientras tanto, alboreando con un café en la terraza de mi casa, hoy domingo sigo a la espera del regreso de Zelaya a Honduras.
Es un conflicto interesante: el mundo diplomático lo apoya y el 60 por ciento de la población hondureña no.
Cuando yo vuelva esta noche, luego de un largo día de bautizo familiar, copas licoreras en el aire, fotos, princesas domingueras de la nueva Cataluña, chistes verdes que siempre se hacen con los postres, modelitos de rebajas estrenándose, alegría, alegría para olvidar lo paralizado que está el mercado laboral, empanadillas caseras, un pelotazo de whisky, apretones de manos, niños corriendo, ardentía en la piel, reencuentros y besos, en fin, al final de la noche ya estará la noticia servida hace rato.
Solo pienso en Samuel Beckett mientras me preparo para salir, mientras me ducho, porque es absurdo que el burgués de Zelaya se haga ahora la víctima, con su look de cowboy de medianoche, y su bigote pintado. Él se ha buscado todo este rollo por cambia casaca, por arrimarse a un bufón trasnochado asegurándose unos cuantos petrodólares debajo del colchón.
No creo que su esperador principal, Micheletti, sea un santo. Pero está claro que Zelaya es un oportunista que ha preferido –lógico de su perfil- regresar escoltado. Si es que regresa.

1 comentario:

Jorge Ignacio dijo...

Oscar: en ningún momento estoy autentificando el golpe militar ni el nuevo gobierno emergente. lamento muchísimo la muerte de ese joven de 19 años y las heridas de balas de tantos otros. Como mismo el nuevo gobierno de Micheletti no debía haber dado la orden de disparar -siempre las balas son asesinas-, el narcisista de Chávez no debía haber instigado el regreso de Zelaya sabiendo cómo estaba la cosa. Los culpo a los dos, a Chávez y a Micheletti. No apoyo el método utilizado para deponer a Zelaya, por eso los golpistas la han cagado y tienen a la comunidad internacional en su contra.
En lo personal,Oscar, te agradezco este contacto y te deseo lo mejor, a ti y a todo el pueblo hondureño. Sí, estoy cansado de ver cómo el populismo socialista hace su juego instigado por Fidel Castro. No le deseo un gobierno así-¿dije gobierno?- a ningún país del mundo y mucho menos a uno latinoamericano.
Lo siento de verdad todo lo que está pasando. Gracias.