martes, 14 de julio de 2009

Danzón



Días atrás, antes de irse de vacaciones, una bloggera me escribió el siguiente texto:
“Acabo de descubrirte, pero te doy mi palabra que cuando regrese volveré a tus páginas llenas de coincidencias”.
Lo dejó así en el aire.
Busqué su perfil, marcado con un nombre indú, en tinta azul, como suelen aparecer las identidades de esta plataforma social desde donde escribo. Doble click. Aparecieron más detalles. Es cubana, como yo. Vive hace varios años en México, donde mismo habita un entrañable artista que fue el fotógrafo de mi boda y de quien no tenía noticias desde hace lo menos diez años y reapareció esta última semana.
Dos noticias de México, el gigantesco país que teníamos al lado y que nunca pude visitar.
También por estos días me escribe otro amigo desde Hermosillo, en el desierto de Sonora, al norte de los Estados Unidos Mexicanos.
Cierran un restaurante mexicano en los alrededores de mi casa de Barcelona, sin mariachis, claro.
Las noticias de la llamada gripe A, las peores referencias aztecas, llenan nuestros espacios informativos.
Por otro lado, descubro un portal literario mexicano/español, serio, deslenguado.
Bajo al mar y subo con intenciones de escribir un relato fantasioso en el que los protagonistas sean una chica de Veracruz y un joven habanero. (Aquí en Cataluña se dice bajar y subir para indicar que uno sale o regresa a casa, respectivamente, aunque se viva en una planta con portal a la calle).
El viernes último, había arrastrado el día recordando mis clases de baile en la primaria, de baile popular, las figuras hechas con los pies y el cinquillo marcando el compás. Nunca más lo practiqué y se me olvidaron los pasos.
Por la noche, tarde, la segunda cadena de Televisión Española transmitía el filme mexicano Danzón, con María Rojo, una de las mujeres más sensuales del mundo.
La película hablaba más o menos de lo mismo que yo quería escribir.
Así que lo dejé todo en el aire.

3 comentarios:

Rodrigo Kuang dijo...

Desde México, precisamente, miherma. ¿Tú sabes lo que pasa?... Es que crecimos viendo cine del ayer, con aquellas películas de Jorge Negrete y Maria Félix. Recuerda nuestros campos, y nuestros campesinos que galopaban al estilo de Pedro Infante (¿Cuál otra música se ponía en "Palmas y Cañas", además del punto cubano y las décimas? ¡Mariachis! ¡Si hasta un famoso charro negro tenemos!). No sé tu familia, pero la mía ponía siempre por las mañanas en Radio Progreso "Cantares de México", y el tema era aquel "Negrita de mis pesares...", y mi abuelo era fanático de Los Panchos. Cubanos y mexicanos tenemos un lazo muy fuerte (quizás más sólido que el que tenemos con los españoles porque siempre fue de igual a igual, no de metrópoli - o ex metrópoli - a colonia), y eso es algo que no se diluye ni con los malos gobiernos.
Lo he sentido siempre aquí, te lo puedo jurar. Es más que un cliché sobre la hermandad de los pueblos. Sin desdorar a Puerto Rico, yo creo que las dos alas del pájaro son en verdad México y Cuba.

Jorge Ignacio dijo...

Es una pena que los cubanos no pudiéramos viajar libremente a México, que lo teníamos al lado. ahora a mí me queda bastante lejos, pero no pierdo las esperanzas de visitarlo. Por algo Benny Moré y Pérez Prado emigraron hacia allí en su momento. Estuve leyendo un texto sobre el origen del danzón que sitúa a Cuba como punto de partida, pero ¿quién le discute a un veracruzano ese origen? ellos lo mantienen más vivo que nosotros, creo. un abrazo y saludos desde la madre patria, Rodrigo. gracias por tu visita siempre enriquecedora. Cualquiera diría que te estoy haciendo la pelota.

marutacondorado dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=j542r96iQ1A